Según cuenta la historia en las casas de las clases altas rioplatenses tenían numeroso personal doméstico, dos se hicieron famosos: la cebadora de mate y la cocinera. Muchas de ellas eran negras y para que todos sus quehaceres salieran bien, se encomendaban a San Benito, que adoptaron como patrono de los quehaceres domésticos, especialmente el de las hornallas, porque en sus comienzos este santo negro ejerció el oficio de cocinero con espíritu de caridad. Para homenajearlo en su día, este infaltable este locro que lleva su nombre.
|