Nada de lo que pienso se puede evidenciar si no quiero; lo sé y eso me tranquiliza.
Lo más importante de esta vida es que puedas decidir vos, no una emoción alocada o fuera de lugar, más allá de lo difícil que sea el momento. Siento que la vida en ocasiones tiene eso de difícil e inexplicable.
A su vez, sé que he tenido el privilegio de vencer situaciones adversas que otro no podría: no es arrogancia, es real.
Por un tiempo dediqué mi vida a alguien que necesitó de mi amor; lo hice y de regalo la vida me dio un hijo de roble y de terciopelo, de acuerdo con la situación.
Siempre se debería priorizar la vida y en vida. Yo aprendí esto y es así; la vida tiene sentido aun cuando esos bellos ojos ya no me miren.
Con respecto a la carta de la señora Verónica Sartori en la que la nombrada "defiende" al colegio AMEN y a su staff docente, no tengo más que asombrarme.
Hace unos años en un colegio porteño cinco niños sufrieron abuso sexual por parte de un docente de la institución. Los padres de las víctimas hicieron público su dolor y otro grupo de padres salió en defensa del docente del colegio y de los directivos y, aunque los hechos fueron probados y el acusado procesado, esos padres siguieron acusando y lapidando a los padres-víctimas.
Al parecer, hasta que a uno no le toca no se da cuenta de los daños que un mal docente puede ejercer en las familias y en los niños. No es éste, afortunadamente, el caso de ese colegio que menciona la señora Sartori, pero debo decirle que aunque no comparto los modos de la señora de Rodríguez en su carta, los hechos existieron. Al que le quepa el saco que se lo ponga, no todas las docentes del colegio tienen por qué sentirse agraviadas.
Ante el diagnóstico que de una niña hizo la docente y su posterior derivación al psicopedagogo y luego, el caso del chismerío con los padres de otro niño, que es realmente un bochorno... ¿qué se puede defender? ¿Lo indefendible?
Pido perdón a los padres y a los niños que han estado soportando comentarios, chismes y afrentas, pues ya han tenido por esta razón muchos malos ratos por haberse hecho público este tema, pero confío en que nadie tomará represalias con los alumnos por las desinteligencias de su personal.
Queremos responder a la carta del señor Miguel Ángel Gaba, supuestamente de General Roca, aparecida en esta sección el 18 de febrero del corriente. A este señor o al que tenga alguna duda sobre la legitimidad del Centro de Bomberos Retirados, para su conocimiento, esto no es Montecino, Jañaz ni López, sino una institución que está legalmente constituida y encuadrada en todas las normas de la Legislatura provincial vigentes. Por lo tanto, estamos autorizados para buscar la forma de recaudar fondos con el fin de terminar lo que dentro de muy pocos meses será la casa de los bomberos retirados y/o voluntarios activos de toda la provincia que necesiten pernoctar por días o semanas en Cipolletti, ya sea por trámites o estudios de salud, dado que en esta ciudad se encuentran los principales centros de salud de alta complejidad; allí se podrán cocinar y estar los días que necesiten, sin costo alguno.
Al señor que firma la carta le preguntamos, aparte de criticar nuestra obra y desprestigiar nuestros nombres, qué puede haber hecho por la comunidad de su ciudad o por cualquier otra en comparación con bomberos retirados que han cumplido más de 25 años de servicio y, en el caso de Jañaz, más de 30. Este señor, o el que tenga alguna duda sobre nuestra honestidad, que venga con un contador -o a la autoridad que le parezca- y, si no podemos rendir $ 0,50, entonces que nos desprestigie o que se atenga a las consecuencias.
A esta persona también le decimos que hemos sido felicitados por autoridades tanto locales como provinciales por la forma de manejarnos y el avance de esta obra.
P/Centro de Bomberos Voluntarios Retirados de Río Negro,
Julio Montecino, presidente; Juan R. Jañaz, secretario,
Comento a la comunidad de lectores que la Escuela Nº 323, ubicada en las calles Maipú y Evita de nuestra ciudad, es una institución que se caracteriza por su riqueza visual en murales que dan vida a las paredes en el interior y el exterior. Estos murales se han realizado con los niños en el marco de proyectos artísticos educativos desde el 2000. Chicos de distintas promociones han dejado su impronta, su huella, eternizada en el tiempo; un mundo simbólico de imágenes e ideas que desde el momento en que se concretan forman parte del lugar, del contexto, del patrimonio cultural de la escuela y de la comunidad educativa... por ende, de la identidad.
Que de pronto me avisaran que estaban pintando la escuela y a la vez tapando los murales de un color liso y llano, sin respetar el trabajo artístico de los alumnos ni mi trabajo educativo, fue realmente incomprensible. Se taparon cuatro murales realizados en la galería interna (adjunto fotos) y, si no llego a tiempo, la misma suerte habrían corrido todos.
Dialogué con el encargado de la obra y éste me comentó que la directiva desde la institución era pintar toda la escuela, sin contemplar los murales.
Esta situación me recuerda a un mural colectivo realizado en la fachada de nuestro hospital López Lima con gente del ámbito de la salud y docentes que de un momento a otro fue tapado sin demasiadas contemplaciones y argumentos, justificando un acto político por mejoras edilicias.
Vivenciar lo mismo me genera una total indignación y enojo con los responsables, en este caso, el director Juan Pleitavino quien, ante mi reclamo por lo sucedido, no ha hecho más que justificarse, o sea, pasar la pelota y responsabilizar a los empleados del Consejo por haber tapado los murales. A mi entender un directivo es el responsable de la institución, es el que autoriza que comiencen las obras de mantenimiento en la escuela y realiza un seguimiento de lo que se hace o se deja de hacer.
Esta carta tiene la finalidad de sensibilizar para que los atropellos al arte, a la cultura, terminen, porque atentan contra la educación. Por último, me gustaría compartir esta frase: "El mural, museo del pueblo, biografía de todos, altar de culto colectivo, guiño cómplice del instante a la eternidad, siempre ha tenido enemigos porque es el único amigo estético del ciudadano en la tierra de nadie de la urbe".
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CLAUDIO
Que lástima da leer este tipo de noticias. Un mural tapado es parte de una historia que se pierde, un mural no es arte efímero, es una manisfestación que debe perdurar porque refleja un momento histórico determinado y fundamentalmente el trabajo colectivo, tan importante en esta era del individualismo liberal. Me solidarizo plenamente con la docente guia de esos trabajos y espero que las autoridades escolares sepan ver un poco más alla, la educación no es solo lengua y matemáticas, también están el arte y la historia, fiel reflejo de lo que somos y adonde vamos.
"¿Viviría con 700 pesos?"
Soy jubilada y gano el mínimo. Quiero hacerle una pregunta cortita a la señora presidenta: usted, con una mano en el corazón, ¿viviría con un sueldo de 700 pesos por mes? Lo mínimo que tendría que ganar un jubilado serían 2.000 pesos, y eso poniéndole mucho. Para algo trabajó durante toda su vida, si no, entre remedios, pagar y comer, en tres días se queda sin nada... y no hay otra que esperar hasta el próximo mes los 700 pesos.
"Una buena gestión no se pasa decretando emergencias"
En la ciudad de Neuquén hay personajes y situaciones tan incomprensibles que producen un espantoso y alarmante asombro.
Se confirmó una vez más que las propuestas y promesas de campaña volvieron a rozar el absurdo y la irracionalidad, pero eso no es lo que me sorprende. A pesar de que sólo un año de gobierno es el que ha cumplido la "Concertación Plural", basta para afirmar que las ideas que se gritaban enérgicamente a los cuatro vientos, de prosperidad, soluciones y aires de cambio, no sólo no se concretaron sino que más bien parecieron haber dado lugar a sus opuestos.
Ese caballito de batalla que era la construcción de cientos de viviendas sociales destinadas a determinado sector de la población con la idea de hacer frente al déficit habitacional de la ciudad hoy, a más de 365 días de gestión, sigue brillando por su ausencia o, mejor dicho, a más de 365 días del cambio de gestión, hay gente que entre decepción y angustia las sigue esperando.
Existía un dirigente -hoy alto funcionario- que proclamaba la vivienda social a costos irreales y de novela. Evidentemente, el desconocimiento con que se largaba a hablar del tema, él o sus asesores -que quiero creer que no eran arquitectos-, era de cabo a rabo.
Irresponsable de su parte, pero el futuro se encargará de tomar nota de su hacer.
La solución que hoy se le otorga al problema nada tiene que ver con la propuesta que encarnaba aquel dirigente; más bien es producto de una reacción social que lleva al límite el accionar de la dirigencia local. Y tratar de apropiarse de la solución que otros originaron no habla bien de la moral ni de la dignidad de quien lo hace.
¿Está bien visto crear instituciones de dudosa utilidad, con un presupuesto fenomenal? No, y menos cuando el titular de dicha organización es cuestionable y debatible por su accionar. Es el caso de la Secretaría de Derechos Humanos del municipio. Al día de la fecha no sabemos qué fue lo que aportó a la ciudadanía en términos de bienestar general. Más bien parece una institución pública absorbida por un conjunto de personas con claros intereses políticos que la manipulan y manosean a su antojo.
Por otro lado, el decreto de las dos emergencias que se cristalizó en los últimos meses: la emergencia habitacional y la emergencia hídrica. ¿Habla bien de una gestión el constante decretar emergencias? Definitivamente, no; no habla de una buena capacidad de gestión ni de acción, no habla de una gestión con contenido de innovación ni de persistencia en la búsqueda de soluciones.
Pero lo más deplorable es que habla de una gestión que no puede hacer frente a los problemas de la ciudadanía de manera mesurada, cautelosa y sobre todo prudente. En otras palabras, no es responsable ni se puede gobernar decretando emergencias.
Pareciera que estoy exagerando, ya lo sé. Pero tampoco tanto.
A la Sra. presidenta del Consejo Municipal de la ciudad de Cinco Saltos.
El 21 de enero de 2008 se publicó en este medio una nota que usted y muchos recordarán por aseverar como gran verdad que un gobierno termina siendo lo que exhibe en sus primeros 100 días de gestión.
Al desgobierno de su gestión se le ofreció en su momento un equipo de profesionales altamente capacitados para asesorarla en particular sobre los innumerables problemas que por años se habían instalado en el lago Pellegrini. Al día de la fecha no ha habido respuesta por ningún medio, así como tampoco a las más de cien notas presentadas por otros tantos vecinos que han ofrecido los buenos oficios de colaboración.
¿Por qué, entonces, "desgobierno"? Gobernar es un arte que toda persona ejecuta donde se presupone que tiene un acabado conocimiento de la situación general y particular en las distintas áreas en las cuales debe funcionar con un equipo de trabajo que desarrolle sus tareas con responsabilidad prevista en una planificación que lo lleve al o los objetivos propuestos y previstos en el tiempo que dure su mandato. A esto hay que sumarle una política de Estado que asegure la continuidad de proyectos comenzados o por comenzar, entre otros, la red cloacal y de gas en el lago, la finalización de los accesos del puente sobre el canal principal de riego, la planta de efluentes y desechos cloacales en el lago y la ciudad, la planta de tratamiento de agua para consumo humano -no agua clorada-, el traslado hacia el nuevo asentamiento de los horneros procurándoles todos los servicios necesarios para tal fin y una estrategia adecuada para una gestión exitosa.
Nada de esto se ha cumplido ya que sabemos que en nuestro querido país el problema más grave que tenemos no pasa solamente por la falta de cultura y contracción al trabajo y en el campo educativo o por los avatares económicos sino que es un problema de orden estrictamente moral que nos lleva inexorablemente a la decadencia y a la desidia. Esto es el hoy de Cinco Saltos y el lago Pellegrini, producto de tantas promesas preelectorales, anuncios y algunos engaños distractivos como la deslucida Fiesta del Lago al mejor estilo de pan y circo y coincidente con el aumento del impuesto municipal en promedio de 2,5 veces el valor histórico.
Pero lo histórico es demostrar cómo se gestan las acciones de algunos iluminados (asesores) que rodean a la Sra. presidenta del Consejo, y para ello me bastó ver cómo realizaron este último fin de semana, en tiempo record, el bacheo del camino al lago para la fiesta, con una técnica lamentable y penosa que me produjo vergüenza ajena. Ésa es la misma sensación que experimento al ver las calles de mi ciudad, que en extensos tramos se parece más a Kosovo que a una ciudad del Primer Mundo.
Pero éstas y otras tantas ideas y promesas comenzaron cuando la actual presidenta del Consejo Municipal luchó dentro del partido Recrear (2003) para lograr ser concejal, prometiendo importantes mejoras para el lago. Llegaron las elecciones del 2007 y la misma señora participó en la compulsa por el cargo de la mano del PPR, apostando más fuerte en las promesas, algunas de las cuales le quiero recordar, de una primera nota de este medio: la pavimentación de 150 cuadras que en una segunda nota de hace algunos días se transformaron en 120 en tres etapas, queriendo alcanzar en la primera la módica suma de 45; un plan de viviendas, para lo cual anunció un viaje a Buenos Aires junto al gobernador de la provincia, y la modificación de la Carta Orgánica para que Cinco Saltos vuelva a tener intendencia. Si toda su capacidad radica en aumentar los impuestos para no hacer absolutamente nada y utilizar todo lo recaudado para mantener una excesiva planta de personal permanente, entonces debo dar por válida la apreciación de un muy buen amigo que siempre afirma, hablando de estos temas, que la gente de Cinco Saltos es muy especial.
Quiero responderle al Sr. Eduardo L. Serralunga a propósito de la publicación de una carta suya en esta sección el 27 de febrero, titulada "Es saludable que no haya interés en ingresar a la Policía".
Me entristece su opinión y me aterra pensar que en algún momento ese pensamiento sea general. Estamos totalmente equivocados si creemos que el mal que atormenta a nuestra sociedad se solucionará eliminando o debilitando una institución de seguridad de la patria como la Policía; en este caso en particular, la neuquina. Se tendría que apoyar el blanqueamiento y la descorrupción y fomentar su buena imagen, ya que la Nación para poder progresar tiene que apoyarse primordialmente en sus principales columnas: sus instituciones.
Lo que usted quiere que festejemos dignamente es una burla total a la patria, es desmoralizarnos completamente, además de tratar a sus pares como máquinas programadas para matar cuando también son personas que tienen familia y por ella se ganan el pan de cada día.
Todos somos partícipes de lo que es hoy nuestra Policía, desde el odio rencoroso hacia la misma y la falta de apoyo hasta formar en escuelas secundarias mentes de adolescentes que miran a sus integrantes como "represores", "abusivos", "el mal de la sociedad" y calificativos similares.
Nos acordamos de Poblete y por consiguiente de Fuentealba, y todos recordamos también a Teresa Rodríguez, son "nuestros" próceres y nunca debemos olvidarlos. ¡Ah! Pero qué rápido nos olvidamos (capaz que ni siquiera lo supimos) de Gabriel Ángel Jara, a nivel provincial, y de Carlos Álvarez o Leonardo Melizza a escala nacional (entre tantos), hombres que al momento de ser asesinados a sangre fría estaban cumpliendo su labor de preservar nuestra seguridad.
Todos somos seres humanos y cometemos errores porque, como puede haber policías asesinos, también hay maestros violadores y de la misma manera ocurre en todas las áreas de la sociedad.
Leí el artículo del señor Alejandro Cubero publicado en el suplemento "Económico" de este diario el 15 de febrero. Coincido totalmente con los datos aportados y la conclusión de que en Argentina pagamos mucho más caro que en Europa, por lo menos con respecto a países como España e Italia, todo lo que consumimos.
Me parece correcto tomar como unidad de medida las horas de trabajo que debemos invertir para acceder a los productos. Con lo que no coincido es con lo que dice del proteccionismo argentino. Para mí el problema es que la mayoría de las empresas es de origen extranjero y por ende, para que su actividad les rinda, deben tener precios dolarizados o euroizados ya que deben transferir a sus casas centrales.
El señor Cubero habla de competencia como si ésta fuera la solución al problema. Los productos de la marca de bebidas gaseosas más importante del mundo requieren en la Argentina muchas pero muchas más horas de trabajo que, por ejemplo, en España. Y éste es un rubro en el que hay bastante competencia.
El problema es que los supuestos competidores a veces se ponen de acuerdo, como es el caso del GNC en nuestra zona. Decía el presidente de la Cámara de Estaciones de GNC de la zona: "Acá es más caro porque atendemos menos autos por estación que en Buenos Aires y por lo tanto los gastos fijos inciden más". Cuando se descubrió que las estaciones de acá atendían más vehículos que las de Buenos Aires, entonces dijo que el precio era más caro aquí porque había mayor demanda.
Lo que ocurre es que en aras de obtener ganancias hasta las empresas que dicen tener aprecio por usted no tiene miramientos al momento de aplicar sus precios. El de los trabajadores asalariados es uno de los pocos sectores que no pueden poner libremente el precio a la venta de su fuerza de trabajo: cuando recurre a medidas de fuerza para obtener mejoras, es ampliamente cuestionado.
Soy una ex ciudadana de Buta Ranquil. Amo mi pueblo; es más, voy todos los años porque allí está mi gente, están mis raíces. Pero debo aclarar que me entristece llegar allí y ver que mi pueblo está privado de futuro, no hay obras realizadas por el intendente Gabriel Barros, quien lleva seis años de gestión. Es como si no viviera allí y no se diera cuenta de las condiciones en que se encuentra su pueblo, sí: su pueblo.
Yo les pregunto al intendente y a los concejales: ¿qué hacen? ¿O cobran un sueldo al "pepe"? La estación de servicios -la única que hay- vende un combustible sucio y caro y la gente que viaja a distintos lugares de la provincia ni siquiera cuenta con un techo donde esperar el transporte sino que debe hacerlo en la vereda, a la intemperie. Aclaro por suerte les tocó una vereda, porque en Buta Ranquil tampoco existen; los árboles se están cayendo de viejos y de secos, ya ni agua reciben porque las acequias ya no existen y hay una falta total de iluminación: de noche el pueblo es una boca de lobo.
Le pregunto al intendente -y considero que los ciudadanos también se lo preguntarán- ¿dónde está el dinero que entra tanto en regalías como en coparticipación? Pareciera que se está yendo a otro lado ya que allí a simple vista no queda.
Lo que más me duele es saber que el intendente y su familia son nacidos y criados allí. Parece ilógico pagarle así a un pueblo que los vio nacer y crecer. Me quedo con el Buta Ranquil de 30 años atrás -sí: 30 años atrás- y con la esperanza de que se pongan a trabajar como debería ser. Quiero lo mejor para mi pueblo; si no son capaces de lograrlo, den un paso al costado.
