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Para vivir más y mejor, los nutricionistas
rediseñaron una nueva pirámide alimenticia.
La versión 2005 propone ingerir una mayor
variedad de alimentos, controlar las calorías
y,
lo más destacado, hacer ejercicio.
El arte de armonizar platos con vino u otras bebidas
es el oficio de la sommellerie. Y aunque es posible
disfrutar de un buen vino y un rico plato separadamente,
el maridaje hace que estos se realcen mutuamente.
Para ello, hay ingredientes, tipos de cocción,
sabores y texturas, que son determinantes. Así
como los aromas, acidez, azúcar, nivel de
alcohol, entre otras características de los
vinos, que son imposibles de obviar. “La regla
manda vinos blancos con pescados y tintos con carnes
rojas y aunque hay mucho de cierto, también
tiene excepciones”, explica Fernanda Orellano,
directora académica de la Escuela Argentina
de Sommeliers.
A saber, por sus aromas cercanos a las frutas blancas
y frescas y a las flores sumado a la frescura de
su acidez, los vinos blancos armonizan mejor con
las carnes blancas, frutos de mar, ciertos picantes,
quesos de cabra, de hongo azul o fuertes. Mientras
que los tintos están más predispuestos
a ser compañeros de platos más pesados
y de sabores más fuertes. Se adaptan mejor
a las carnes rojas, incluso de caza como jabalí,
ciervo, a las salsas oscuras con base de vinos y
a los quesos de pasta dura o semi dura.
Y aunque sobre gustos no hay nada escrito, la costumbre
impuso ciertas normas que no está de más
tomar en cuenta.
Los vinos espumantes son ideales de aperitivo,
excepto el más dulce.
No beber blancos dulces con mariscos o carnes de
caza.
Los vinos se sirven con una graduación alcohólica
ascendente, por lo tanto obviar bebidas como el
whisky de aperitivo.
Un gran vino no debe figurar solamente en la comida.
Los vinos dulces son ideales de postre.
Las bebidas de alta graduación alcohólica
(ron, cognac, whisky) se recomiendan para el final
de una comida, ideales para acompañar con
postres de chocolate o fruta seca.
A la carta
Para armonizar algunos varietales (cepas) con nuestra
gastronomía, aquí van algunos maridajes
sugeridos:
Unas empanadas salteñas o de humita con un
torrontés de nuestro Cafayate (Salta).
Un chivito de Malargüe o un buen ojo de bife
con nuestro malbec.
Ragout de cordero patagónico o risotto con
hongos con un cabernet sauvignon.
Ensalada de pasta fría con frutos de mar
con sauvignon blanc.
l Ravioles de queso de cabra y nuez con chardonnay.
Por Agustina Tanoira, para revista Nueva
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