En Bariloche, en la actualidad se consumen cerca
de cien mil litros de cerveza por mes.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Guillermo IV, duque
de Baviera, dictó en el año 1516 el
"Edicto de la Pureza" estableciendo que
una cerveza genuina debía elaborarse sólo
con cebada malteada, lúpulo, levadura y agua
de vertiente. Este principio es respetado por numerosos
fabricantes locales, que logran de esta manera combinar
la mejor cebada, el lúpulo y el agua cristalina
de la cordillera. El 17 y 18 de enero varios de
ellos encontraron en Colonia Suiza, para participar
de la "2º Fiesta de la Cerveza Artesanal
Patagónica".
La cerveza artesanal se elabora en partidas pequeñas
y se consume siempre fresca, con una vitalidad de
sabores y aromas que los productos masivos no alcanzan.
Esto no significa elaborar la cerveza como en el
año 1500, sino usar la mejor tecnología
actual, pero respetando la pureza de los ingredientes
y los tiempos del producto.
La mayoría de los productores locales aceptaron
utilizar la denominación de cerveza artesanal
y descartan el calificativo casera. "La cerveza
casera se elabora en la casa y se puede consumir
con amigos, pero ninguna bebida comercial puede
elaborarse en forma casera" explicaron. Análogamente,
hubo consenso que la elaboración artesanal
lleva tecnología, siendo recomendable que
sea la mejor de plaza, pero que si el sistema se
automatiza y despersonaliza, se pierde el proceso
artesanal y se ingresa al proceso industrial. "Lo
artesanal no tiene que ver con la cantidad de producto
sino con el sistema para elaborarlo", explicaron.
En la región del Nahuel Huapi la cerveza
artesanal comenzó a elaborarse en 1993, cuando
Nicolás Silin y Julio Migoya, dos técnicos
de Invap SE, embotellaron la primera rubia "made
in Bariloche", que lleva el nombre Blest. La
cerveza continúa siendo una de las preferidas
por los residentes y puede consumirse en el conocido
brew pub ubicado sobre la ruta al Llao Llao. Hoy
hay otras once marcas que se comercializan en la
ciudad, tanto en botella como en choperas.
Blest elabora actualmente unos 10 mil litros mensuales
de las variedades pilsen, boock, stout, de frambuesa
y scotch ale. Las primeras cuatro se embotellan
y comercializan y la cuarta solo se sirve en chopera,
en el local propio.
Según pudo averiguar este diario, en la
actualidad se consumen en Bariloche cerca de cien
mil litros de cerveza por mes. La mayor planta fue
inaugurada hace poco por Berlina, con capacidad
para envasar hasta 40.000 litros. Otras plantas
grandes son las Blest (10.000), Diuka (6.000) y
la Cruz (6.000).
Los brew pub (concepto que refiere a los restaurantes
que elaboran su propia cerveza, creados en Inglaterra
en los años 80), también se multiplicaron
en esta ciudad. Varios fabricantes tienen uno propio
pero también hay locales que sirven cerveza
de terceros, junto a muy buena gastronomía.
Junto a las marcas locales está Antares,
una franquicia de la cerveza artesanal que se elabora
en Mar del Plata, que tiene su brew pub en el centro
de la ciudad y ofrece siete variedades de cerveza
de chopera. Durante el verano es frecuente que la
cerveza local se agote y por ello casi todos los
pubs y restaurantes comercializan las marcas nacionales,
embotelladas, que tienen un costo inferior a la
cerveza local.
Dónde y por cuanto saborearla
Bariloche dispone de unos veinte lugares donde
tomar buena cerveza artesanal. Muchos de ellos están
enumerados en el sitio www.visiongourmet.com.ar
(en construcción) donde se detallan sus variedades
y productos. El más tradicional es Blest,
en el kilómetro 12 de la avenida Bustillo
y Pilgrin, en la calle Palacios. Otro brew pub céntrico
con cerveza local es "Bachmann", mientras
que "Willkenny", "Tha Mad Room",
"Sout Bar" y "Los Vikingos"
comercializan productos de terceros.
Sobre la ruta al Llao Llao está "Berlina"
y en Nilpi, a pocos metros de la avenida Pioneros,
"La Cruz". En el Circuito Chico se ubican
"Gilbert" y "El Trebol" y en
Colonia Suiza puede probarse cerveza "Valais".
Un chop de cerveza artesanal no baja de 8 pesos
y en algunos lugares la pinta, de medio litro llega
a los 20 pesos. En la mayoría de los lugares
son acompañados por pizzas pero también
hay abundantes platos gourmet, preparados especialmente
para ser marinados con cervezas negras y rojas.
Las botellitas de 330 centímetros cúbicos
en los restaurantes se venden entre 10 y 12 pesos.
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