Me dirijo a usted en relación a la nota firmada por la periodista Marcela Berdún titulada "El juego de negar lo obvio", la cual considero excelente.
A ella deseo agregar:
" 1) Como ciudadano debo respeto a todas las instituciones. Es por eso, por haber pertenecido a una institución de seguridad y que las instituciones están compuestas por hombres, quienes las dirigen de acuerdo a sus capacidades.
" 2) Tengo que ser totalmente sincero respecto a la Policía rionegrina. En las ocasiones que debí recurrir a ella o he sido parado por algunos de sus integrantes para exhibir mi documentación siempre recibí un buen trato.
Con respecto a las declaraciones leídas en la nota de referencia y habiéndolas escuchado el 5 de julio en una radio local, me decidí a enviar esta carta.
" 3) Todas las fuerzas de Seguridad, para sus desplazamientos a otras localidades fuera de su asiento, cuentan con un Departamento de Logística, el cual debe establecer contacto con otras fuerzas para el cumplimiento de órdenes emanadas de otras instituciones, en este caso concreto la Justicia. No debería desconocer el jefe de Policía, Víctor Cufre, que de pedir apoyo para el alojamiento de sus hombres tanto a los asientos de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval o al mismo Ejército Argentino, quienes tienen espacios de mayor o menor capacidad, estas fuerzas no se lo negarían, dado que son para cumplir con una orden judicial.
" 4) Es obligación del gobernador hacer cumplir por medio de sus ministros las órdenes impartidas por la Justicia y de éstos cumplirlas y no escudarse en falacias. Si no están dispuestos a perder réditos políticos que renuncien o sean juzgados por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos.
Contestación a la carta de lectores "De la noche a la mañana", de Juan Carlos Moccero.
Por la presente quiero informarle al Sr. Moccero que el hecho de que el gobernador, Dr. Miguel Saiz, no haya estado con su presencia física en nuestra localidad no necesariamente implica que se olvidara de Luis Beltrán y de sus habitantes.
De esto doy fe y lo invito a interiorizarse, ya que gracias a la acción del gobernador todos los beltranenses se verán beneficiados.
Cada persona desde la función que le toca ejercer puede tomar distintos perfiles. Puede hacer alarde de lo poco o mucho que haga o simplemente puede ocuparse de lo profundo, hacer lo que debe, darse por gratificado por el resultado y seguir atendiendo otros temas.
Seguramente al gobernador el tiempo le debe ser escaso en proporción a la agenda que debe llevar cada día. Y para ello cuenta con sus representantes, por donde canaliza los distintos aportes que se realizan a las instituciones y vecinos de la localidad (talleres de capacitación y oficio, subsidios, comer en familia, etc.).
Tampoco debemos olvidar el contexto que llevan estos 6 meses de gobierno municipal, tiempo que refleja constantes palabras de desprestigio, agravios y desentendimiento de la necesidad de mantener buenas relaciones con las autoridades provinciales, reflejando cierta omnipotencia otorgada a partir de las buenas relaciones a nivel nacional de las que se jactan.
Me parece una actitud de madurez democrática que el gobernador le haya concedido la audiencia al intendente interino, Sr. Doñate, a pesar de las manifestaciones públicas que ha realizado en todo este tiempo.
Sr. Moccero, creo que ha opinado con gran desconocimiento del tema.
Tengo una amiga hace muchos años, 19 para ser precisa. Somos y pensamos muy diferente, sobre todo a la hora de las injusticias. Por mi parte participo (siempre que puedo) en marchas, cualquiera sea la razón. Creo profundamente en el derecho al reclamo por lo justo, sea con una marcha, con un corte de calle o como sea. Y acá está la diferencia más importante con mi amiga, a quien no nombro por respeto. Ella prefiere el silencio, esperar con paciencia, seguir con la vida, rezarle a Dios si alguien actúa equivocadamente para que lo guíe o perdone.
La respeto, la escucho y por primera vez decidí interceder sin su autorización pero sin dar su nombre. Ella, con muchísimo esfuerzo, después de 6 años se recibió de médica, con la esperanza de aportar su granito de arena a este mundo, siempre pensando en el prójimo y sobre todo en el que menos tiene, lo cual comparto.
Después de exámenes, viajes, gastos, etc., comenzó a trabajar en los hospitales de Neuquén capital y sí, grande fue la sorpresa, estos médicos que alguna vez apoyé con mi presencia en diferentes marchas son ahora los mismos que maltratan, insultan, denigran y menosprecian, entre muchos, a mi amiga, que recién comienza con esta profesión y como todos sus compañeros es maltratada todos los días. Yo no entiendo si el título de médico trae anexado algún poder psicológico implícito que les permita estar sobre estos jóvenes pisándoles la autoestima. ¿Será que pertenecen a otro mundo, que son superiores o algo por el estilo?
Escribo esta carta porque mi amiga jamás dirá nada y lo peor de todo es que le están quitando las ganas de ejercer esta profesión que tanto esfuerzo costó a ella y su familia.
Están acabando con los sueños de muchos jóvenes que eligieron por vocación ayudar al prójimo, brindar un servicio a la comunidad, con mucho esfuerzo, soportando las previsiones de la vida diaria, no sólo la responsabilidad de tener una vida en sus manos sino de vivir en un momento de la historia donde no se vive, se sobrevive. Yo los aplaudo, son valientes; podrían haber elegido cualquier otra carrera y sin embargo ahí están.
Lamentablemente mi amiga cree en la justicia divina. La respeto, pero yo creo que uno cosecha lo que siembra, que nadie tiene derecho a ejercer la violencia aunque ésta sea verbal. Así que, queridos médicos, sabrán bien a quiénes me refiero. ¿No pasaron alguna vez por esta situación? ¿Qué pasa? ¿Hay poco trabajo en los hospitales? ¿Se trata de eliminar la competencia?.
Nunca van a ser buenos médicos si no actúan con el prójimo con respeto. ¿O no tiene nada que ver con proteger la vida?
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nos dejo su opinion
SIMON
La residencia, tiempo de la formación al que se refiere, es una etapa de mucho más sacrificio que la carrera. Se llama residencia porque uno reside en la institución, comparte muchas veces mucho tiempo como una segunda familia y se generan tenciones y peleas. Como toda relación humana existen personas con las que es dificil relacionarse. Eso no esta bien, pero tambien ayuda a formarse. En la vida uno no puede esperar que sea todo un lecho de rosas y el respeto debe ser ganado con el tiempo. El trato si siempre debe ser correcto bilateralmente. Un saludo
"Los únicos que entienden..."
La discapacidad es un tema muy complejo. Es por eso que es muy difícil de tratar y que los que tienen la responsabilidad de tratarlo y ponerlo en la práctica retacean, dan vueltas y terminan haciendo cualquier cosa. Ejemplos sobran. No saben que la línea de edificación debe estar libre; no saben que las rampas tienen medidas que hay que respetar; no saben que todo comercio debe tener entrada accesible para toda persona con dificultad.
No saben que en las largas colas, sean donde sean, tienen prioridad; no saben que los estacionamientos deben estar en las esquinas al lado de las rampas o si están al medio de la cuadra debe haber una rampa en un extremo; no saben que en las zonas donde están los bancos, reparticiones públicas, hospitales, etc. debe existir más de un lugar para estacionar (no lo hacen porque no reditúa).
¿No saben que hay discapacidades que se curan en el día final de la vida? ¿Entonces por qué nos fastidian con trámites y esperas tediosas? Nos desprecian. Como dijo una vez un funcionario: les hacemos unas rampas y los conformamos, o para qué quieren transporte si como están las veredas ustedes no pueden andar. También modifican ordenanzas para favorecer a una empresa de transporte por los colectivos de piso bajo, y no quiero tocar el tema de transporte porque no existen palabras para repudiar actitudes y servicios del lamentable monopolio que tenemos.
Señores funcionarios, ¿por qué no existe en el municipio un departamento de la discapacidad dirigido por discapacitados, que son los únicos que entienden la problemática?
Escuché decir que hay que participar; una ciudad para todos. Como discapacitado espero respuestas concretas.
Señores representantes del pueblo (nacionales, provinciales y municipales), su misión es impulsar las normas legales que mejoren la calidad de vida de quienes los colocaron con el voto en el puesto electivo que hoy ocupan, aunque personalmente no estén de acuerdo con el pedido debidamente justificado que les haga un ciudadano.
Quien escribe estas líneas padece una incapacidad laborativa definitiva del 80% por heridas graves sufridas que determinaron la amputación de parte de mi pierna izquierda, lo que me llevó a mi estado actual: con secuelas y equipado con prótesis, pero afortunadamente pude continuar con vida. Otros no tuvieron esta suerte.
Este hecho grave, que no fue el único, ocurrió en el año 1978/79 en medio de campos minados en el frente de combate en el límite con Chile, en la cordillera de los Andes, en uno de los teatros de operaciones militares creado por decreto por el gobierno nacional (Junta Militar), que nos envió a la guerra en defensa de la soberanía por el conflicto bélico por el canal de Beagle.
Este conflicto armado convocó y movilizó a muchos combatientes de todo el país hacia la frontera neuquina, porque era la de fácil acceso para el enemigo chileno y teníamos que proteger de una invasión a nuestro territorio. Lamentablemente estos hechos de guerra pasaron al olvido por lo ocurrido años después en Malvinas. Aunque ambos carecieron de declaración de guerra, tuvimos que lamentar vidas humanas en los dos conflictos y muchas secuelas.
Los señores legisladores deberían considerar que todos los combatientes que estuvimos en los teatros de operaciones por el Beagle o Malvinas somos veteranos de guerra porque, aunque algunos no volvimos muertos y envueltos en nuestra bandera, igual fuimos decididos a ofrendar la vida por nuestro patrimonio nacional; por eso quedé lisiado.
Cada Estado dentro del país tiene la autonomía suficiente, determinada por sus respectivas leyes, para otorgarnos el reconocimiento indiscutido de veteranos de guerra en forma similar para ambos conflictos bélicos, sin esperar que un poder superior los autorice, porque ha habido muchos municipios que reconocieron a sus excombatientes mucho antes de que lo hiciera el Estado nacional o alguna provincia.
Los proyectos en estudio no deberían generar en nuestros diputados y concejales opiniones diferentes a lo ya establecido en normas legales vigentes, que favorecen a veteranos de guerra de Malvinas, porque se entraría en una situación de exclusión y discriminación afectando a quienes también estuvimos en el frente de combate en la provincia de Neuquén, a ojos vista del enemigo chileno. En mi caso y otros faltó poco para que volviéramos en uno de los tantos ataúdes que llevaron con nosotros, demostrando el Estado nacional que en este conflicto armado se esperaba contar con muchos muertos propios y esa situación la percibimos en ese momento, generándose trastornos psicológicos que sólo se padecen estando a pocos metros del enemigo en el inminente inicio del combate que se vivió y que la población desconoce.
Esperamos con urgencia el reconocimiento que merecemos.
Resultan casi un comentario cotidiano en los últimos días las críticas a la última Fiesta de la Nieve. En su mayoría han sido condescendientes con el momento que vive nuestra ciudad, pero otros han sido verdaderamente injustos.
Y digo injustos porque se le adjudica al gobierno que asumió hace apenas un par de semanas las responsabilidades de los errores, si los hubo, y no de los aciertos, que efectivamente existieron. Nadie hizo referencia en esos comentarios al hecho de que el contrato con la empresa Merlin (realizadora del evento) lo hiciera la anterior administración y a que el gobierno actual no hizo más que honrar el compromiso asumido por la municipalidad.
Cabe preguntarse si en el futuro habrá que contratar nuevamente una empresa de eventos o debemos realizar nosotros, los barilochenses, "nuestra" Fiesta de la Nieve. Creo que nuestra ciudad cuenta con personal idóneo y con los recursos humanos necesarios para hacerla, incluso, mucho mejor. Descartar la contratación de una empresa, y más aún foránea, no solamente dará mas identidad al evento sino que dará mano de obra local y se reinvertirán esos fondos en nuestra ciudad.
Paralelamente y dada la escasa participación, la Secretaría de Turismo deberá promover a través de los medios, en escuelas y organismos civiles, a todos los ciudadanos la necesaria participación en nuestra fiesta emblemática. Para conseguir que todos sientan la nieve como los habitantes del Alto Valle sienten la manzana. Ellos realizan una fiesta que convoca diez mil personas por día durante una semana. Sus habitantes están interrelacionados a la producción frutícola como nuestros habitantes al turismo, y sin embargo no logramos la participación que deberíamos tener.
Otro de los cambios que deberá generar esta administración será imponer creatividad en la organización del evento, cambiando o al menos ofreciendo algo nuevo, innovador, que se diferencie del programa que compone desde hace años la fiesta, que a excepción de la recordada Retreta del Ejército sigue siendo igual que hace 20 años.
Esos cambios y nuestra participación harán de nuestra fiesta emblemática el evento que necesitamos para transmitir al mundo nuestra identidad y nuestro orgullo de vivir en la montaña.
Los empleados públicos en Río Negro no somos totalmente libres. En el caso de la obra social y de la percepción de haberes, somos cautivos del Ipross y del Banco Patagonia, respectivamente. Con esto no digo nada nuevo. Me quiero referir al primero de los organismos, que además de cautivarnos se da el lujo de inmiscuirse en nuestra privacidad como pacientes. Si hacemos la hipótesis de que hay 12.000 docentes en Río Negro y a cada uno de ellos les descuentan un promedio de $ 90 mensuales, esto significa $ 1.080.000 de recaudación solamente del sector docente, obviamente si el CPE (agente de retención) se los hace llegar.
Ignoro cómo hacen las cuentas los administradores de esta obra social, pero hay algunas prestaciones que no las cubren con el 100 %, ergo hay que tomarse el trabajo de pedir el correspondiente reintegro, que puede llegar en ésta o en la otra vida. Y lo más indignante es que, cuando un afiliado solicita un reintegro (por ejemplo análisis clínicos), no solamente hay que presentar factura del laboratorio y fotocopia firmada de la indicación médica sino también una fotocopia completa de los resultados de los análisis. Me pregunto y les pregunto a los legisladores de nuestra provincia: ¿por qué?
Como empleada de la delegación Progreso y representante gremial de mis compañeros, quiero hacer una observación y por qué no manifestar mi bronca con respecto al comentario que se editó el pasado 20 de junio en ese medio, el cual hacía mención sobre la presencia del intendente en el edificio -que el Sr. Valdez "sí estaba"-, además de informar erróneamente a la comunidad que todos fuman y en cualquier lado. Es por ello que aclaro:
1) Es cierto que el director municipal de la delegación Progreso (Valdez) sí estaba, pero también es cierto que el personal de las distintas áreas de esa delegación también estaba. Hay que dejar bien en claro que ningún sector se encontraba sin personal, ya que la mayoría de los sectores que operan en la delegación son netamente operativos, por lo cual creería que hubiera sido llamativo para el intendente que a la hora en que realizó su visita (alrededor de las 11) se hubiera encontrado con la totalidad del
personal, sabiendo que éstos tienen sus obligaciones en la vía pública .
Actualmente en nuestra delegación no existe el sistema de autoconsulta, por lo tanto los sectores que atienden al público cuentan con el personal a cargo de las tareas.
2) " Todos fuman y en cualquier lado".
Para su información, hay compañeros municipales que sí fuman, pero éstos lo hacen en el balcón que existe en el 1º piso o bien aquellos que trabajan en la planta baja se retiran a la vereda a fumar un cigarrillo (adjunto fotos). No hace falta llamar la atención al personal por fumar dentro del edificio, ya que, más allá de incomodar a aquel que no lo hace, todo el mundo tiene bien en claro el " Prohibido fumar" desde que se sancionó e implementó la ordenanza Nº 10.866, sabiendo además que el sector de Inspecciones de Comercio es estricto en el cumplimiento de la mencionada ordenanza.
Catriel es la denominación oficial de mi pago. Ni "Colonia Catriel", ni "Ciudad de Catriel", ni ningún otro... sólo Catriel ¿Y para qué más? Veamos.
" La etimología del nombre:
El nombre originario "Catriel" alude a lo "cortado" y "marcado". Pues es una leve mutación de la voz araucana "katrü": segregado o aislado.
Rodolfo Casamiquela, en su obra "Geonimia - La Pampa" (1960, pág. 31), plumeó: "Catriel es el apellido de uno de los caciques más célebres del ámbito pampeano. A pesar de serlo de poblaciones araucanizadas, su apellido no es araucano sino tehuelche septentrional y sus antepasados se rastrean en esa misma área hasta mediados del siglo XVII".
" El origen del topónimo:
Se lo debemos, a horcajadas, a Cipriano Catriel, hijo de Juan Catriel (el joven) y nieto de Juan Catriel (el viejo), de la dinastía de los catrieleros, como gustaba decir Juan Benígar, que casó con una sobrina de Cipriano: Sheypukiñ.
Tras un frustrado tratado de paz con el gobierno (Avellaneda derrotaba en las elecciones a Mitre, en 1874), los caciques Manuel Grande, Cafulcir y Chipitruz -todos de Cipriano- se sublevaron contra el coronel Elías, comandante de la frontera de Azul, provincia de Buenos Aires, y aprovecharon la detención del cacique para lancearlo.
Una ley rionegrina Nº 873, del 12 de diciembre de 1973, otorgó pensión vitalicia a doña Eustaquia Morales viuda de Cortez, nuera de nuestro Cipriano...
Mientras, Olavarría lo memora con un balneario municipal denominado "Cipriano Catriel".
" Las sucesivas denominaciones legales:
"Colonia Catriel" la podemos extraer de un decreto del presidente Julio Argentino Roca, sin número, datado al 19 de junio de 1899, en virtud del cual se crearon dos colonias pastoriles, la delimitada por las nacientes del río Valcheta y la otra (Catriel) sobre el río Colorado.
Benígar recuerda la actuación de Bibiana García cuando ,"después de haberse presentado a la indiscreta curiosidad porteña, en dos viajes que al efecto hizo a la Capital Federal, la creación de la Colonia Catriel fue para los indígenas allegados a ella".
"Catriel" es el nombre oficial desde la promulgación de la ley 404 (9/8/1965). Así lo recepta nuestra Constitución provincial en su art. 22 inciso 5) y lo declama la Constitución municipal en su art. 2 (1990).
¿Puerta norte de la Patagonia? Pues no, maguer lo diga exornadamente el preámbulo de la Constitución municipal (en otros lados se llaman cartas orgánicas).
Sucede que la provincia de La Pampa también la integra, pues así lo ratifica la Constitución en el art. 4, último párrafo y también el Tratado Fundacional de la Región Patagónica, suscripto el 26 de junio de 1996 -justamente en Santa Rosa, capital de esta provincia- por Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén y La Pampa.
" Una digresión:
Salvando las filologías del caso, "Catriel" alude a lo "marcado".
Los "nycs", afortunado acrónimo de "nacidos y criados", hemos sidos señoreados por ese mítico lugar en que los causantes de nuestras vidas vinieron a emanciparse de la indignidad de la desocupación (o subocupación) y a materializar lo que en otros lares soñaron. Un tropel de esperanzas que prologaron otras y otras que el veleidoso paso del tiempo no ha sabido epilogar.
Un mangrullo petrolero marca la senda de bienvenida velando por el regreso de quienes partieron.
En un siglo y poco más mi pago fue acuñando y acunando colonos con una identidad propia, con un modelo peculiar, y si mis coterráneos (por nacimiento o elección) me toleran el neologismo, con su "catrielidad".
Ése es el Catriel que yo conozco y recuerdo con estas módicas líneas, a la distancia, que no es tanta.
"Conoce a tu pueblo y serás universal" fue el profético refrán que el autor de "Macondo" bien supo honrar.
Pero Catriel no son "Cien años de soledad", más bien, hoy, cien años y nueve años de identidad, de historias en una historia.
