Cuando alguien manipula un arma de fuego sabe de los riesgos que corre, aunque no tenga la intención de matar o matarse.
Cuando un adolescente conduce en estado de ebriedad un auto no tiene una real toma de conciencia, en general, de los riesgos que él mismo corre ni de los que hace correr a los demás. Obviamente, en estos casos, sus adultos son responsables de cualquier accidente.
Cuando un adulto bebe alcohol y conduce asume todos los riesgos, incluso si llegara a provocar un accidente. Es en este punto donde la opinión pública, alertada por todas las organizaciones de familiares de víctimas de tránsito, ya habla de "asesinos" al volante y no de meros imprudentes que luego, juicio de por medio, serán excarcelados por "homicidio culposo". ¿Homicidio culposo? Emborracharse, en estos casos, no es una decisión de la vida privada, insisten estas ongs; justamente por ello es que debe hacerse cargo de su responsabilidad de manejar en estado de ebriedad con otra figura legal que lo lleve a la cárcel, concluyen.