Un reciente estudio de la Organización Panamericana de la Salud reveló que un conductor que bebe antes de manejar tiene 17 veces más riesgo de tener un choque fatal. El 13 por ciento de las muertes masculinas en accidentes y el 3,4 de las femeninas tienen que ver con el alcohol. Otro dato, la Organización Mundial de la Salud, sostiene que el 25 por ciento de la muertes por lesiones son por accidentes de tránsito.
En el 2004, un estudio en el Hospital Presidente Perón de Avellaneda arrojó que el 33 por ciento de los accidentes con vehículos estaba relacionado con el consumo de sustancias psicoactivas, en la mayoría de los casos el alcohol. Un año antes, el Hospital Cullen, de Santa Fe, recopiló información de la guardia y concluyó que en el 80 por ciento de los choques el conductor tenía algún trago de más. Son datos sueltos, pero refuerzan la tendencia.
Desde la Asociación Amor y Respeto al Prójimo aseguran que un conductor que transita a 120 kilómetros por hora necesita 98 metros para detener el vehículo. Pero si la reacción del que maneja está aletargada por los efectos del alcohol o las drogas, se requiere entre 10 y más metros.
En Argentina el nivel de alcoholemia en sangre permitido es de 0,5 miligramos por litro de sangre. En Italia y Alemania es de 0,8 y en República Checa y Hungría es de cero.
En Estados Unidos el nivel de alcohol etílico en sangre permitido para conducir un vehículo varía de acuerdo a los estados, pero el problema con los accidentes de tránsito es preocupante: muere uno cada media hora.