En algunos países apuntan a la aplicación de nuevas tecnologías para tratar de erradicar los borrachos al volante.
Sin embargo, distintas experiencias aisladas indican que los resultados no son los esperados. En Estados Unidos, cansados de que las amenazas de arresto y castigos no consiguieran disminuir el número de muertes en rutas y caminos por alcohólicos al volante, continúan probando tecnologías en los vehículos para impedir que cualquier conductor que haya tomado alcohol no pueda conducir o directamente ni siquiera ingresar.
En algunos estados de ese país, ante una sola infracción se obliga a los conductores a colocar dispositivos de seguridad para evitar que se pongan al volante.
Las estadísticas de los últimos años indican que en Estados Unidos, la principal causa de muerte de niños menores de 14 años son los accidentes de tránsito. Un 64% de estos viajaban con un conductor que había consumido alcohol.