La Asociación Luchemos por la Vida considera que el alcohol, de alguna manera, está presente en aproximadamente la mitad de las muertes por accidentes de tránsito que se producen en nuestro país.
Los efectos del alcohol en el conductor (con un 1,6 g/l) son:
* El alcohol es un tóxico depresor del sistema nervioso central.
* Genera una falsa sensación de seguridad, que lo predispone a excesos de velocidad y a todo tipo de violaciones a las normas de tránsito.
* Embota los sentidos, altera la percepción y disminuye la atención.
* Causa trastornos de la visión: encandilamiento (adaptación más lenta a los cambios luz-oscuridad), dificultad para percibir los rojos (semáforos, luces de freno, etc.)
* Apreciación equivocada de la velocidad y las distancias.
* Se alargan los tiempos de reacción (maniobras más lentas y torpes)
* Con más de 0,8 g se producen serias dificultades para mantener la dirección y velocidades, la visión se vuelve borrosa y las acciones erráticas.
* El límite máximo de alcohol tolerado en sangre por ley es de 0,5 g para conductores particulares, 0,2 g para conductores de motos y 0,0 g de alcohol para conductores profesionales.