Los violentos incidentes registrados en San Vicente opacaron ayer la fiesta que el peronismo había preparado para el traslado de los restos de su fundador Juan Domingo Perón a la histórica quinta e impidieron que participe el presidente Néstor Kirchner, invitado especial al evento.
A 32 años de la muerte de su líder, el peronismo se mostró sin conducción y dividido, y desde el kirchnerismo, fiel a su costumbre, se responsabilizó directamente a Eduardo Duhalde por los graves enfrentamientos que derivaron en cerca de 60 heridos, muchos con balas de arma de fuego.
Las dudas sobre el origen de los incidentes se cruzaron en distintas versiones a lo largo del acto, que apuntaron a sectores de la UOCRA y los camioneros de Hugo Moyano, aunque también a supuestos "infiltrados".
Desde el sindicalismo inculparon a "encapuchados" de generar las "provocaciones" y las acciones "virulentas" y desvincularon a su gente de los episodios.
Sin embargo, imágenes televisivas lograron captar a presuntos integrantes del gremio de camioneros disparando con armas de fuego mientras grupos desde el interior de la quinta lanzaban piedras y palos.
En ese sentido, el ministerio de Seguridad bonaerense a cargo de León Arslanián confirmó esta noche que tienen "identificado" al autor de los disparos de arma de fuego y que sería un dirigente vinculado al sindicato de camioneros.
Los incidentes también taparon los discursos que habían preparado los jefes sindicales Hugo Moyano (camioneros y CGT) y Gerónimo Venegas (62 organizaciones y peones rurales), quienes a pesar de las casi cuatro horas de incidentes, decidieron continuar con el acto e ingresar el féretro con los restos de Perón, entre una multitud desbordada que ocupó las nueve hectáreas de la mítica quinta 17 de Octubre.
De esta manera, la jornada que será recordada porque los restos de Perón finalmente descansan en el mausoleo -construido en el lugar que el general compartió con "Evita"-, también se transformó en un nuevo reflejo de las peleas que facciones del peronismo mantuvieron a lo largo de su historia.
En ese contexto surrealista, con gente apaleada, mujeres llorando y gente corriendo despavorida, los oradores intentaban transmitir su mensaje a la multitud y hablaban del "legado de Perón", de "la herencia" del pueblo y frases propias de lo que se conoce como "la liturgia peronista".
El acto que tenía al presidente Kirchner y a su esposa la senadora Cristina Fernández como especiales invitados, finalmente redujo la participación a los jefes sindicales y un pequeño grupo de gobernadores, como el riojano Angel Mazza, el salteño Juan Carlos Romero, el jujeño Eduardo Fellner y el sanjuanino José Luis Gioja.
Apenas comenzaron los primeros hechos de violencia, alrededor de las 15.30, la custodia presidencial evaluó que no se podía garantizar la seguridad para el jefe de Estado y suspendió la presentación de Kirchner.
Finalmente, los únicos oradores fueron Moyano como titular de la CGT y Venegas, de las 62 Organizaciones, y por último, el ex gobernador bonaerense y senador, Antonio Cafiero.
Atacaron a Moyano
Moyano, acusó de "imbéciles e idiotas útiles" a quienes ocasionaron incidentes, mientras era insultado y agredido por militantes.
"A la figura de Perón no la mancha nadie y seguramente aquí el espíritu de Perón está renaciendo", bramó en un encendido discurso, que precedió a otro menos enfervorizado de Venegas.
Mientras ambos dirigentes hablaban en el palco, se escuchaban sirenas de patrulleros y ambulancias y gritos de desesperación de los heridos. (DyN y AFP)