Alicia Stolkiner, psicóloga diplomada en salud pública, analiza la realidad de los pacientes psiquiátricos en las instituciones de salud de la provincia de Buenos Aires. Con el objetivo de la reinserción comunitaria, trabaja en un proyecto que apunta a impulsar políticas de reforma en los hospitales.
Para esta investigación se planteó inicialmente como caso en estudio el plan estratégico del Hospital Interzonal Psiquiátrico Open Door, iniciado en 1996. Este proponía una reformulación del hospital y una progresiva externación de pacientes de larga estadía. El plan incluía modificaciones internas dirigidas a transformarlo progresivamente en un centro de tercer nivel para internación breve de cuadros agudos. Además de articular con redes de atención comunitaria, organizaciones de la sociedad civil y redes sociales informales, en las actividades de prevención, atención y rehabilitación.
El objetivo era externar de manera contenida a los pacientes en condiciones de vivir en comunidad y prevenir nuevas internaciones. Desde que se presentó el proyecto en 2006, hasta su aprobación en 2008, se externaron 300 pacientes por convenio con distintos municipios. No obstante, la investigación ha tenido actualmente dificultades, dado que desde el cambio de gestión en la provincia de Buenos Aires, la Dirección del hospital ha cambiado de autoridades y el plan se encuentra en revisión. El equipo está realizando un relevamiento de herramientas de evaluación de servicios de salud mental comunitario y planeando la posibilidad de indagar su aplicabilidad en otro programa de Reinserción Comunitaria a nivel de municipios. El objetivo del proyecto es desarrollar metodologías de evaluación de programas y servicios de salud mental comunitarios de reinserción de pacientes psiquiátricos. Como meta, se aspira a mejorar la calidad de atención de las personas que padecen enfermedades mentales severas. Como efecto indirecto, se espera abogar por las políticas de reforma psiquiátrica.
El padecimiento mental constituye un problema en incremento. Los desórdenes mentales son el 12% de la carga global de mortalidad a nivel mundial. Se calcula que en 2020, el 15% de los años de vida sin discapacidad perdidos serán atribuibles a problemas mentales.
Los costos sociales y económicos de ello son altos, particularmente porque afecta a personas jóvenes en edad productiva, y porque la situación suele implicar recursos y esfuerzos de las familias en forma prolongada. Las personas que padecen problemas tradicionalmente abordados por la psiquiatría son víctimas de exclusión y de falta de garantía de derechos.
La reforma de los servicios de salud mental es considerada una necesidad. La OMS plantea la urgencia de reformar los servicios de salud mental, aún con recursos limitados. En la Argentina no se ha producido, todavía, un proceso de reforma del sistema de salud mental a nivel nacional, aunque algunas provincias han implementado transformaciones a nivel local como Río Negro y San Luis.
La provincia de Buenos Aires tiene 24 partidos en los que coexisten disparidades sociales que se reflejan en los servicios de salud. Las condiciones de pobreza e inequidad agravan el impacto de la carga de mortalidad de los trastornos mentales. La provincia tiene tres hospitales interzonales psiquiátricos, que suman en total 3.460 camas y sólo el 5% de sus camas de internación psiquiátrica están en hospitales generales. También hay un establecimiento nacional de internación para pacientes con debilidad mental, la Colonia Montes de Oca. Buena parte de esas camas psiquiátricas son ocupadas por pacientes de larga estadía, cuya permanencia en la institución tiende a volverlos crónicos, y que podrían reinsertarse socialmente. Una reforma exitosa redundaría en beneficio directo de su población y sería también un importante impulso a la reforma psiquiátrica a nivel nacional. La experiencia se presenta simultáneamente como un desafío político, técnico y teórico científico.