Primer juguetería que ofrece productos “accesibles” o “universales” para todos los chicos

“Juguetes universales” (www.juguetesuniversales.com) se llama este emprendimiento y -como la empresa española-francesa que le sirvió de inspiración (www.hoptoys.com)- las ventas son online, con envíos a todo el país y un showroom en la ciudad bonaerense de San Fernando.

“Arrancamos fabricando una línea de juguetes motrices hace unos 3 años y no encontrábamos el lugar donde pudiéramos ofrecerlos, contarlos y que se entiendan, en un contexto de productos similares: sólo estaban las jugueterías comunes o las ortopedias”, explicó la diseñadora industrial Ana Siro, quien junto a su hermano Javier, es la responsable de este emprendimiento.

Con dificultades parecidas se encontraban los padres, según pudieron saber después, para comprarles un juguete adecuado a sus hijos con discapacidad.

“Pero gracias a un premio que nos dieron, tuvimos oportunidad de viajar a Europa y reunirnos con gente de una juguetería especializada en Francia y decidimos traer algo similar a acá”, agregó.

Y el nombre que decidieron ponerle tiene que ver con otro recorrido paralelo: el de descubrir y adoptar el paradigma del “diseño universal”.

“‘Juguetes universales’ se desvía directamente del concepto de ‘diseño universal’ y funciona como hilo conductor de toda la selección nuestros productos, que no están enfocados a resolver una cosa puntual de cada nene sino que se busca que con cada uno puedan jugar la mayor cantidad de niños posibles”, contó Ana.

El diseño universal es un paradigma relativamente nuevo que se propone desarrollar productos, servicios y entornos de fácil acceso para todas las personas, sin la necesidad de adaptarlos o rediseñarlos porque contemplan desde un inicio la diversidad humana.

“Buscamos que además, estéticamente, el juguete sea un juguete, porque un producto que funciona bárbaro pero es un montón de caños grises no está bueno para el nene, para la mamá, para el hermanito o para la inclusión”, agregó.

La idea “es que, si comparte el cuarto con el hermanito, no te des cuenta cuál es el lado del chico que tiene alguna discapacidad o si son cuartos distintos, cuál es el cuarto de cada uno”, acotó su hermano Javier.

Activa en la red desde noviembre del año pasado, Juguetes Universales ya ofrece unos 300 productos clasificados según tres ejes de búsqueda: por el estímulo que genera (motricidad, socialización, estimulación temprana, comunicación, escritura, etc), por tipo de discapacidad (auditiva, visual, cognitiva, trastornos sensoriales) y por palabra clave.

Además de la marca propia, “Volá”, en el sitio se comercializan productos de unas 30 marcas , la mayoría elaborados por pequeños emprendedores o artesanos que fabrican un número reducido de modelos en algún lugar de Argentina.
“Uno de los miedos al principio era si íbamos a conseguir todo el espectro de juguetes para cubrir todo el espectro de necesidades” pero allí estaban, contó Javier.

Ellos se proponen “ser los intermediarios entre las familias, los profesionales y los jugueteros, transmitiéndoles a los productores ideas a partir de cosas que piden los padres y ofreciéndoles a ellos todo en un mismo lugar”.

“Juguetes Universales” ofrece un juego de la memoria para hallar fichas de iguales texturas; dominós que asocian cada color con la forma de representarlo en lengua argentina de señas; carritos de empuje con pronos incorporados para el desarrollo psicomotor; comunicadores para expresar deseos, sentimientos y necesidades, el muñeco ‘Pachucho’ para trabajar la sanación a través del juego y mucho más.

Que la venta sea online obedece a la todavía escasa difusión del diseño universal en el país como a lo reducido de la franja poblacional que representan los chicos con discapacidad: 4,5 por ciento de los niños entre 0 y 14 años (455.170 casos) tiene “dificultades o limitaciones permanentes” , según el censo de 2010.

En cuanto a los tips para comprar un juguete para un niño con discapacidad, los hermanos recomiendan “tener en cuenta sus gustos, intereses” además de sus posibilidades y habilidades y no desesperarse por comprar sin antes “consultar con la terapista ocupacional, la kinesióloga, la psicóloga o la psicopedagoga” que trabaja con él.

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