Por qué identificarse con ser sobreviviente de la psiquiatría?
Sobrevivir es vivir después de determinado acontecimiento.
Ser sobreviviente de la psiquiatría significa para mí haber sobrevivido al encierro, a los efectos nefastos de la medicación, al estigma, a la supresión de derechos, al propio prejuicio, al prejuicio ajeno, aprender a convivir con él, aprender a interrogar si estoy autoestigmatizándome.
Ser sobreviviente de la psiquiatría es haber aprendido sobre mí, sobre mi problemática y haber ejercitado autodeterminación sobre mi persona, haber ejercido sentido de derechos humanos e igualdad y encontrarme con barreras insospechadas hasta ese momento.
Ser sobreviviente de la psiquiatría es estar en contacto con una red de personas en el mundo que nos identificamos con esta forma de comprensión que se adquiere al cuestionar el propio sufrimiento y las prácticas que sobre él imponen determinados criterios desde el ejercicio de la psiquiatría, de la psicología y el derecho encontrando eco para ello en la sociedad en su conjunto, en legislaciones vigentes que no son sinónimo de actuales.
Legislación vigente en la Argentina en convivencia simultánea y gran contradicción con tratados internacionales a los que nuestro país adhiere.
Esto no impide que haya profesionales que pueden encontrar modos de articulación y modos creativos en pos de implementar tratamientos que contemplen lo mejor para la persona y el tratamiento menos cruel.
La Argentina cuenta con un movimiento histórico de profesionales que han tratado de transformar las instituciones manicomiales.
No obstante, ese movimiento se ve una y otra vez impedido de avanzar a la vez que se implementan con mayor o menor éxito prácticas que tienden a la instrumentación de recursos integrales en la atención de personas con problemática en Salud Mental.
La CONVENCIÓN DE DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, es el 8vo. tratado de Derechos Humanos.
Tiene la particularidad de ser un tratado que eleva la voz de las personas con discapacidad de todo el mundo.
El movimiento de personas con discapacidad no está libre de los prejuicios sobre las personas con discapacidad mental y replicar la lógica social imperante invisibilizando nuevamente a las personas con discapacidad mental.
Un porcentaje importante de las personas que elevaron la voz por las personas con discapacidad mental son sus familiares y muchas personas integrantes de la Red Mundial de Usuarios y Sobrevivientes de la Psiquiatría que somos personas que podemos decir por nosotras mismas lo que significa el sufrimiento del maltrato naturalizado. La incidencia de muchas personas sobrevivientes de la psiquiatría en la letra de la Convención de Derechos de Personas con Discapacidad es de un valor inestimable para aquellos que pensamos que socializar la experiencia ayuda a la transformación social.
Hoy hay profesionales que desde el derecho, valiéndose de este instrumento legal del derecho internacional, con sus fallos plantean un verdadero desafío a la comunidad médica en materia de Salud Mental.
Y se parte de nuestra palabra volcada en esa Convención para implementar este cambio.
Cuando algunas personas dicen que uso un rótulo al identificarme como sobreviviente de la psiquiatría no observan que seguramente si dijera que soy enferma con tal o cual padecimiento tal vez no estarían señalándo el rótulo y hasta pueden llegar a decir que estoy bien en tanto reconozco la enfermedad…
No es eso lo que está en juego ni en discusión al llamarme sobreviviente de la psiquiatría, no se trata de un rótulo sino de denunciar haber vivido algo que pudo conducir a la muerte y que se lo ha superado viviendo a partir de esos acontecimientos de otro modo y tomando conciencia de todos los maltratos a los que se fue sometido en ocasión de la crisis y después de haberla padecido.
Se trata de la comprensión de mi misma como persona en igualdad de condiciones y que ha conocido una serie de dispositivos en nombre de la salud claramente iatrogénicos y eugenésicos.
Las personas que nos identificamos en ser sobrevivientes de la psiquiatría somos personas de todo el mundo y tan diversas como lo son todas las personas y en nuestras diferencias que son imposibles de enumerar encontramos algo común que es el poder decir que determinadas prácticas son inhumanas, crueles, que han sido calificadas como tortura, trato degradante para la condición del ser humano.
Nos proponemos hacer por acceder al ejercicio de los derechos humanos de todas las personas con padecimiento mental que se ven sujetas a tratamientos inhumanos contando para ello con los recursos que el derecho internacional provee y la CDPD en particular. Es de esta manera que integrantes de esta red trabajan en Naciones Unidas para colaborar al bienestar de todos.
No hay una única agrupación en el mundo y entiendo que hay muchas personas que pueden identificarse con estas propuestas y deciden no establecer pertenencia a ninguna de ellas y muchas, pero muchas más que no conocen nada de esto y que padecen lo que hemos padecido nosotros.
Pudo interrogar si ese gran desconocimiento en general de estas actividades de parte de muchos obedece entre otras muchas “sin razones” al terrible concepto de “no agrupabilidad” de ciertos pacientes…
Estas concepciones y otras que son en sí mismas obsoletas y obedecen a las más deleznables posiciones de la ciencia, ponen en evidencia cierta desactualización ya no del Código Civil … sino que vienen a poner en evidencia las falencias de una formación escindida que desconoce líneas de pensamiento que cuestionan a la psiquiatría y prácticas concretas basadas en esas y otras líneas de pensamiento que pusieron en muchos lugares, aún en nuestro país, punto final a la lógica manicomial.
Sobrevivir a la psiquiatría es haber sobrevivido a toda una concepción de cómo se consideró adecuado abordar una crisis.
Desde el entorno más próximo al sistema de salud y el sistema de justicia que permitieron que se hiciera con mi persona un verdadero avasallamiento a mis derechos y que hoy quieren desconocer las graves secuelas que en mi vida significa haber padecido semejante grado de maltrato.
Cuando digo secuela digo lesiones neurológicas producto de medicación mal administrada en cantidad y tiempo.
Cuando digo estigma, digo discriminación. Toda discriminación es injustificada y condenable.
Discriminación que encuentra su máxima expresión en el mismo sistema de salud y también en ciertos espacios donde se quiere hacer ejercicio del derecho.
Si la vida de una persona a partir de una situación traumática se verá teñida por lo que el trauma aportó, ¿cómo es la vida del que a partir de una situación trautmática vive una crisis que a la vez es tratada de modo muy traumático?
Paradojalmente escapando en diagonal, atravesando por diferentes lugares algo de lo traumático a la vez que “tocando el barro” metiéndome con todo en mí, con lo que he pasado, con el desparpajo con que se escriben cosas, se ocultan otras y otras muy terribles constan naturalizadas en una Historia Clínica… es como se llega a la identificación con estas palabras: sobreviviente de la psiquiatría.
Cada uno de nosotros tiene algo para contar, cada uno de nosotros ha pasado por procesos muy distintos y muchos elegimos un camino superador y es hacer ejercicio del derecho y socializar la experiencia para que llegue a otros.
Somos usuarios y sobrevivientes de la psiquiatría, somos personas que hacemos elecciones -como todas- a la hora de atender nuestra salud y elegimos en función de una premisa básica. lo mejor para la persona y lo menos cruel. Esto que parece simple es de una gran complejidad y significa mucho trabajo: no es decirle a un médico:- no tengo tolerancia a la lactosa, así lo indican mis análisis, por favor indique Usted otra dieta.
Estoy diciendo que una persona a la que un sector importante del campo de la salud le niega derechos, le niega “cordura” se sostenga en no aceptar tal o cual modo de intervención en sus crisis y que lo hace partiendo de lo aprendido en el tratamiento que le administraron y que esa elección hoy es un derecho adquirido que puede ejercer.
Dije antes de nuestra diversidad y de la necesidad de sostener esa diversidad y de cómo superar las grandes diferencias para encontrar lugares comunes. Observamos un comportamiento social tóxico que parece necesitar de “enfermos” haciendo una comprensión desde la medicina de determinados hechos para diagnosticar y administrar medicamentos a la vez que segregar a las personas con padecimiento mental.
Insistimos en nuestros derechos, redactamos una Declaración en la Asamblea General de la Red de Usuarios y Sobrevivientes de la Psiquiatría en Kampala, Uganda, realizada en marzo del año 2009 y con ella queremos llegar a todos aquellos que no saben que un día yo también estaba loca y que puede hacer algo distinto y que estoy bien y que si no me hubiera negado a seguir medicada, si no me hubiera animado a otros recursos medicinales con los que contamos y que están aprobados por la OMS, hubiera continuando dependiendo de medicamentos y viendo el mundo detrás del virtual vidrio que viene a imponer la mediación psiquiátrica. La medicación psiquiátrica “nos desconecta” de nosotros mismos, por ende del entorno. Es un panóptico virtual que se ingiere o se inyecta. Si siguiera bajo ese efecto no sería lo que soy: sobreviviente de la psiquiatría.
Esperanza Ponte.
Publicado por lucilaele@gmail.com en