| | | SANTA FE: Angel Gallardo: el lugar que eligió la comunidad boliviana | | | Mano de Obra “dócil” y “barata” | | | Por la década del 50, llegaron al cinturón hortícola santafesino, bolivianos atraídos por las quintas dispuestos a trabajar de sol a sol en la huerta por una poca paga. El productor garantizaba casa y comida y, una vez terminada la cosecha, la repartición de los beneficios en partes iguales. Sin embargo hoy, un trabajador obtiene alrededor de $50 semanales. Por Mónica Ritacca, de "El Litoral", integrante de la Red de Diarios en Periodismo Social. | | | ROSARIO: Explotación laboral | | | De eso no se habla | | | Mujeres y hombres de Bolivia, Paraguay y Perú son muchos de los protagonistas de situaciones de maltrato en sus lugares de trabajo en la segunda ciudad más importante del país. Sin documentos y contratados en forma irregular se someten al silencio por temor a ser deportados. Por Miguel Pisano, de "La Capital", integrante de la Red de Diarios de Periodismo Social. | | | TUCUMAN: Radiografía de la discriminación | | | De “volvete si no te gusta” al “sueño argentino” | | | Los bolivianos en la localidad tucumana de Lules están integrados a la vida económica del lugar, trabajan en el campo o venden ropa en la ciudad. Sin embargo muchas veces sufren discriminación en centros asistenciales, escuelas, oficinas públicas y comercios pero prefieren no denunciar. Por Ricardo Reinoso, de "La Gaceta", integrante de la Red de Diarios en Periodismo Social. | | | EMPLEADAS DOMESTICAS, ALBAÑILES Y QUINTEROS | | | Córdoba sin bolivianos | | | Es una de las comunidades más castigada laboralmente, pero produce al menos el 30 por ciento de los ladrillos que se fabrican en Córdoba y el 60 por ciento de las frutas y verduras que se consumen, entre otros rubros. ¿Qué pasaría si paralizaran sus actividades en reclamo de mejores condiciones? Por Edgardo Litvinoff, de "La Voz del Interior", integrante de la Red de Diarios en Periodismo Social. | | | RIO NEGRO | | | Cara y cruz de la inmigración boliviana | | | Desde los 80, llegaron al Alto Valle para trabajar en la actividad frutícola o en los hornos de ladrillos. A algunos bolivianos les fue muy bien y hoy son dueños de su fuente de trabajo. Otros, sin embargo, fueron estafados con la promesa de un trabajo y sufrieron, sumada a la precariedad laboral, la disriminación. Por Adrián Arden, de "Río Negro", integrante de la Red de Diarios en Periodismo Social. | |