Ambos pulen estrategias para la candidatura presidencial. Ricardo es fuerte en la orgánica partidaria y los aliados. Julio hace pie entre los independientes.
Se multiplican las protestas en apoyo a la huelga de hambre de 32 líderes indígenas presos, acusados bajo la ley antiterrorista de Pinochet. El núcleo del conflicto sigue siendo la tierra.