El oficialismo sigue con suma atención las alternativas que van teniendo los proyectos que trabajosamente logra acordar la oposición en el Parlamento y sorteó con relativo éxito la cumbre del Mercosur, ocasión en la que hubo esfuerzos para que el litigio colombiano-venezolano no estropease los temas del bloque.
Pareciera ser que a veces el principal aliado del oficialismo gobernante es la propia impericia de la oposición para juntar poder y organizarse alrededor de algún punto de referencia que los una.
En San Juan, Cristina Fernández no pudo evitar referirse a uno de los temas más problemáticos para las poblaciones del interior como es el minero.
En todo el país existen organizaciones que se oponen a esa actividad desde donde parten denuncias de saqueo de minerales e incluso el miércoles en La Rioja un grupo de manifestantes antiminería a cielo abierto hizo fracasar un acto de Cristina Fernández, aunque ella misma luego minimizó el hecho.
En tanto, el oficialismo sigue con preocupación lo que ocurre en el Congreso, lugar donde la oposición podría aprobar alguno de los tantos proyectos que generan irritación en la Casa Rosada.
Sin embargo, a las múltiples baldosas opositoras les cuesta también enhebrar iniciativas para solidificar hacia adentro y mucho menos para cautivar al oficialismo, que a su vez tiene a mano el veto presidencial.
Ese panorama se observa con el proyecto del 82% móvil que promueve la dispersa oposición y que en Diputados podría tratarse la semana venidera, aunque el resultado todavía es incierto, como ocurrió con la ley de glaciares cuyo tratamiento fracasó porque el oficialismo restó número y la oposición no logró formar quórum.
Mientras tanto el kirchnerismo comenzó a poner en práctica la iniciativa según la cual desde todo el peronismo alineado con el gobierno comenzaron a armar agrupaciones internas a nivel nacional y en otros casos, como parte de esa misma iniciativa, anuncian presentaciones como candidatos.
Ese último caso es el que ocurre en la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo impulsa la presentación de varios postulantes a gobernador con la meta de contener a dirigentes y sectores.
En el radicalismo, en tanto, Ricardo Alfonsín sigue trabajando en el armado en una línea nacional interna de la UCR, mientras que lo propio hace Julio Cobos, porque ambos se perfilan como postulantes presidenciales.
Los dos coincidieron en no ir a la Sociedad Rural con el objetivo de diferenciarse de los restantes opositores que saludaron a las autoridades de esa entidad, luego de haberse superado las diferencias en el Acuerdo Cívico y Social. Tal vez los dos principales dirigentes radicales no quisieron estar cerca del crispado discurso emitido por el titular de esa entidad, que ya había tenido como blanco al ex presidente Raúl Alfonsín, muy mal tratado por los ruralistas cuando era presidente de la Nación.
HORACIO RAUL CAMPOS
DYN