Dicen que dice una vieja maldición china: "Que te toque vivir en tiempos interesantes", dando a entender que los períodos tormentosos y cambiantes (interesantes para un observador) resultan desgraciados para el hombre de a pie, que debe sufrirlos.
Para un caricaturista político, en cambio, los "tiempos interesantes" son una bendición (siempre que tenga el sustento asegurado): los personajes vienen y van, se elevan y caen, renovando continuamente el material de trabajo.
La política argentina durante de los últimos años ha combinado abundantes temas de debate semanal con una llamativa continuidad de los elencos estables: los Kirchner, los Fernández, Carrió y poco más. Esto obliga al caricaturista a exprimir su imaginación en busca de nuevas metáforas con las que revestir a sus actores. Tiempos poco interesantes.
Pero todo eso cambió en marzo del 2008. Una decisión casi burocrática, la llamada "resolución 125", se convirtió inesperadamente en fuente inagotable de luchas aparentemente "decisivas". Nuevos personajes aparecieron. Los argentinos nos enteramos de golpe de que teníamos un vicepresidente cuyo voto "no positivo" podía lanzarlo al estrellato del cielo opositor sin necesidad de abandonar las oficinas gubernamentales. Se demostraba una vez más que el ingenio criollo no conoce límites.
Tiempo después un accidente biológico, la desaparición del primer presidente de la recuperación democrática, nos hizo notar -en medio de la general consternación de la despedida- que no se había ido del todo. Allí estaba, recibiendo las condolencias, un rostro llamativamente parecido, sólo que sin la notoria fogosidad que habíamos conocido.
Julio Cobos y Ricardo Alfonsín llegaron casi sorpresivamente al firmamento de la política nacional para darnos a los caricaturistas un aporte de variedad en nuestro trabajo cotidiano. Seguramente alguno de los dos tendrá un paso más fugaz que el otro por nuestro tablero (hoy pantalla digital) de trabajo. Pero mientras diriman en púlpitos y sets televisivos el derecho a encabezar la oposición política al gobierno, aquí estaremos, interesados y agradecidos.
ROBERTO BOBROW
(*) Periodista, caricaturista político