Ningún compositor para piano ha realizado una contribución mayor a la composición e interpretación de dicho instrumento que Chopin, quien supo sacar el máximo partido de las mejores técnicas introducidas a principios del siglo XIX, poniendo especial atención al incremento dinámico.
El nuevo piano propició el uso de sutilezas y exquisiteces inalcanzables hasta entonces.
Chopin aprovechó al máximo las posibilidades de la nueva digitación y los refinamientos de los pedales. También amplió las estructuras armónicas y melódicas, estableciendo nuevas pautas en la composición.