Irán es un infierno.
El conflicto por la reelección del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, escaló con graves enfrentamientos en Teherán, donde testigos hablaron de numerosos enfrentamientos entre los seguidores de la oposición y las fuerzas de seguridad, así como seguidores del mandatario.
La espiral de violencia hizo que:
* miles de personas desafíen la presión policial del régimen,
* el Consejo de Seguridad nacional y Ali Khamenei adviertan al líder opositor Mousavi de las "graves consecuencias" que provocan las actuales manifestaciones "ilegales" y
* dos muertos y ocho heridos en un ataque suicida en Teherán.
En este clima de revuelta popular, la policía empleó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los participantes de una manifestación que había sido suspendida horas antes por los convocantes y prohibida por las autoridades.
Algunos testimonios relatan que las fuerzas del orden público dispararon al aire para dispersar a los manifestantes.
Ayer, la mayoría de los manifestantes eran jóvenes que vitoreaban "muerte al dictador".
La información en los medios estatales de que un atacante suicida había hecho detonar la carga frente al mausoleo del ayatolá Jomeini en el sur de Teherán incitó una agudización del conflicto.
En el ataque han muerto al parecer dos personas y otras ocho han resultado heridas. De momento no hay una confirmación independiente. Se desconoce si el atentado suicida está relacionado con las protestas masivas.
El mausoleo del líder de la revolución islámica está considerado un lugar sagrado para muchos iraníes. Debido a las protestas, en toda la capital iraní había un despliegue masivo de las unidades especiales de la policía.
Las fuerzas de seguridad intentaron impedir que los manifestantes llegaran al centro de la ciudad, donde la policía -según los testigos- consiguió dispersar a centenares de manifestantes que huían por calles laterales del gas lacrimógeno y los chorros de agua.
Al parecer la policía realizó varios disparos de advertencia.
Algunos testigos indicaron que aparentemente funcionó la táctica de la policía, pues había muchos menos manifetantes que durante los últimos días.
Según los testigos en la zona, hubo enfrentamientos entre los seguidores del líder de la oposición, el reformista Mir Hossein Mousavi, derrotado en las urnas el pasado 12 de junio según el escrutinio oficial, y los seguidores de Ahmadinejad. También intervinieron las milicias "basiyis", leales al presidente. Su opositores incendieron uno de los edificios de esta milicia, de acuerdo con los testigos.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, confirmó el viernes el triunfo del presidente Mahmoud Ahmadinejad y descartó que se hubiese podido realizar fraude electoral. A su vez pidió a la oposición emplear los canales legales para encauzar sus protestas y amenazó con consecuencias si continuaban las manifestaciones "ilegales". El Consejo Supremo de la Seguridad Nacional (CSSN) iraní había advertido a Mousavi en contra de nuevos disturbios, informó la página web del candidato presidencial derrotado.