WASHINGTON.- Barack Obama entró en la historia ayer al jurar como el primer presidente negro de Estados Unidos ante más de dos millones de personas en Washington, a quienes pidió una "nueva era de responsabilidad" para enfrentarse a una recesión y dos frentes bélicos.
Obama, a sus 47 años, se convirtió en el presidente 44 de Estados Unidos al jurar ayer con la mano izquierda sobre la Biblia que usó el mandatario abolicionista Abraham Lincoln, en las escalinatas del Capitolio. "Yo, Barack Hussein Obama, juro solemnemente que desempeñaré el cargo de presidente de Estados Unidos", expresó el hijo de un padre keniano y una madre blanca de Kansas.
En su primer discurso como presidente, Obama aplaudió que los estadounidenses hayan elegido "la esperanza en lugar del miedo", al anunciar una retirada "responsable" de las tropas de Irak y garantizar "una derrota" a la "vasta red de violencia y odio" que estaría en guerra con Estados Unidos. (Ver págs. 22 y 23)
"El estado de nuestra economía exige una acción audaz y rápida y nosotros la emprenderemos, no solamente para crear empleos sino para sentar nuevas bases para el crecimiento", prometió Obama, al tratar el punto de mayor preocupación para los estadounidenses, en medio de una recesión no vista en décadas.
Muchas de las más de dos millones de personas en el Mall no aguantaron las lágrimas durante el discurso de Obama, pináculo de su meteórica carrera política, que inició hace menos de una década, durante la cual mantuvo un discurso centrado en la unidad, más allá de divisiones raciales o políticas. En un palco frente al Capitolio, presenciaron la juramentación de Obama y también del vicepresidente Joe Biden el ahora ex presidente George W. Bush, junto a los ex mandatarios Bill Clinton, Jimmy Carter y George Bush (padre), y otras muchas personalidades.
Luego del acto, Bush, quien termina sus ocho años de gobierno con altos niveles de impopularidad, se despidió de Obama y abandonó el Capitolio en helicóptero rumbo a la base Andrews, en las afueras de Washington, para desde allí trasladarse a su residencia en Texas.
Tras el discurso, Obama y Biden presidieron un almuerzo de honor con los miembros del Congreso en el Capitolio, sede del Poder Legislativo.
Dos senadores, el demócrata Edward Kennedy y el decano de la Cámara, Robert Bury, sufrieron sendos desmayos durante ese almuerzo, tras una ceremonia de investidura cargada de emoción e intensidad.
Obama y Biden partieron tras el almuerzo rumbo a la Casa Blanca, a la cabeza de un espectacular desfile desde el Capitolio, con más de 10.000 participantes por las calles de Washington, engalanadas con banderas listas para recibir a decenas de bandas de música militares y escolares.
Estados Unidos tiene depositadas enormes esperanzas en Obama, según las encuestas. Pero las expectativas aún son mayores en el mundo entero, según un sondeo realizado en 17 países por la radiocadena británica BBC.
"Mucho, a lo mejor demasiado", contestó Pedro Gutiérrez, un abogado mexicano de 33 años residente en Washington, a la pregunta de qué esperaba de Obama.
Joe Marques, de 25 años, cubano-estadounidense, esperaba poder mostrarle su pancarta al nuevo presidente: "Cubanos con Barack". "El va a cambiar las cosas con Cuba, Obama puede marcar realmente la diferencia, no como Bush", señaló.
Tras su juramentación, Obama comenzó a recibir felicitaciones y buenos augurios de todas partes del mundo.
Obama intentará materializar su oferta de romper con las políticas reinantes durante los ocho años del republicano Bush, lo que incluye además del retorno de las tropas de Irak, el replanteamiento del conflicto en Afganistán y el cierre de la prisión de Guantánamo, en la isla de Cuba.