BUENOS AIRES (ABA).- Tanto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como su canciller, Jorge Taiana, tratarán de encauzar la relación con Estados Unidos durante la gestión de Barack Obama, deteriorada entre otros motivos a causa de la valija de Antonini Wilson.
El gobierno da por superado ese episodio y buscará un vínculo maduro a sabiendas, según se explicó a este diario, de que en la nueva administración demócrata hay tres niveles de expectativas respecto de la Argentina:
1) El entorno generacional que rodea a Obama se nutre de cuadros técnicos que han estudiado en profundidad la realidad económica de nuestro país, sobre todo a partir del default. Por eso, la visión es más bien negativa y habrá que trabajar mucho para reconstruir los puentes.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y su equipo tienen aceitados contactos con expertos como José Luis Machinea y Alfonso Prat-Gay, críticos de la administración K.
Según publicó ayer el diario "Clarín", Larry Summers, otro asesor de Obama, estuvo de incógnito en Buenos Aires en octubre y en una serie de reuniones privadas sostuvo que "la historia de incumplimientos de la Argentina con el mundo es una cuesta muy empinada... la Argentina es un país desconcertante que parece disfrutar con el incumplimiento de lo que firma y eso naturalmente se refleja en los costos y oportunidades para entrar en los mercados".
2) Las mayores esperanzas nacionales están centradas en la hipotética designación de Madelaine Albright (canciller con Bill Clinton) en un cargo de importancia detrás de Hillary. Esta funcionaria se reunió con Cristina durante la cumbre de los 20 en Washington y organizó el llamado telefónico que le hizo luego Obama desde África.
3) Hay un andarivel por el que transitará el actual embajador en Estados Unidos, Héctor Timerman, quien el lunes se presentó ante Obama, con quien departió por varios minutos. Timerman también apuesta a aceitar sus contactos con el poder financiero de Wall Street.
En el Palacio San Martín, al mismo tiempo, hay mucho interés por saber quién reemplazará a Tom Shannon, el funcionario de mayor rango que representa a EE. UU. ante América Latina. En la Cancillería se especuló con el nombramiento de Arturo Valenzuela, un chileno norteamericano muy conocedor de la región y especialista en temas de derechos humanos.