La planta tiene un tiempo de vida de 80 a 90 años y El Riñón se calcula que no supera los 20 años sin colapsarse. "Lo mejor es prever. Si en el mundo todos practican un sistema, la técnica es la misma, ¿para qué probar o hacer experimentos?. Alpat fue diseñado por firmas europeas donde existe experiencia en estos temas", indicó el ingeniero Boleslaw Miakota.
"Hablamos respecto a esto y creímos que había que reabrir el debate. Alguien debería tomar la responsabilidad para una decisión que sea la más conveniente para la población", pidió.
Para insistir con aquel debate, Alpat optará por tres estrategias. Una es plantear dudas razonables sobre el perjuicio que podría ocasionar al ambiente la alta concentración de sal, cloro y calcio en la laguna que con el transcurrir de los años se formará en el bajo El Riñón, a pocos kilómetros de San Antonio Oeste y de Las Grutas. Otra es plantear nuevamente la inocuidad de los líquidos que pretenden verter al mar, los cuales son los mismos que existen naturalmente, rápidamente solubles en el medio marítimo, según dicen en la planta. Y la tercera es mostrar a las autoridades y a la población la experiencia existente en el mundo en relación a estas plantas.
"Nos preocupa el futuro de El Riñón, porque no hay experiencia a largo plazo en el mundo; yo tengo dudas no para hoy ni mañana, sino para futuro. La concentración en el tiempo aumenta hasta un nivel, porque nosotros descargamos el 7% de lo que se produce, está previsto que se debe evaporar, pero se evapora hasta el 20%, más no en estas temperaturas. Desde mi punto de vista, tener una laguna cerca de la ciudad con el 20% de cloruro de calcio no es bueno", sostiene Miakota planteando comparaciones entre el futuro bajo repleto y el Mar Muerto.
En cuanto al efluente, Miakota describe que "se separa, el sólido va afuera y el líquido pasaría al mar. Esto es agua con una concentración de sal y cloruro de calcio -que ya está en el mar, dice- con una temperatura de entre 65 a 75 grados. El cloro, que son unos 40 gramos por litro, se diluye en tiempo real. Ya fue analizada toda la vida biológica, pero por cuestiones políticas esto no se conoció. Desde 0 a 120 miligramos de cloruro de calcio por litro se usa como agua potable y a 50 metros de donde se vierte ya se diluyó de tal manera que no se superarían esas concentraciones. Nosotros usamos piedra caliza y sal y no agregamos ningún producto orgánico", repite.
Por último plantea que "se puede organizar un viaje con autoridades a Europa o a Cabo Frío en Brasil, donde se pueden obtener experiencias sobre lo que pasa en el mundo y cómo se manejan los efluentes".