En una entrevista con la radio francesa Europe 1, Betancourt reveló que durante unos tres años estuvo encadenada a todas horas y calificó su cautiverio como una larga serie de "torturas, humillaciones y vejaciones", aunque evitó dar detalles porque "lo que me hizo daño en la jungla, se queda en la jungla".
"Es difícil estar bien cuando estás encadenada al cuello. Debes agachar la cabeza y soportar tu destino, sin que la humillación llegue tan lejos como para olvidar quién eres", añadió la política, de 46 años.
En un principio, Betancourt no quería hablar de sus experiencias en la selva de Colombia. "Me dije que debía ahorrar a la opinión pública estos horribles detalles", dijo.
"El futuro se abre lleno de oportunidades (...) lo que me hizo daño en la jungla se queda en la jungla", declaró
Betancourt dijo que había sido terrible estar en la selva. "Teníamos que caminar todo el tiempo, todo tipo de bichos volaban sobre nuestras cabezas, detrás nuestro caminaba alguien armado que nos pedía que camináramos más rápido", contó.
Su fe la ayudó a seguir, señaló. "En ese mundo hostil sólo había Dios, y ustedes. Sabía que tenía el amor de ustedes", confesó.