PARÍS (AFP).- La ex rehén de la guerrilla colombiana de las FARC Ingrid Betancourt se emocionó ayer al respirar "el aire de Francia", su segunda patria, donde la acogió el presidente francés Nicolas Sarkozy y contó detalles de su calvario, dejando en la incógnita su futuro.
"Sueño desde hace siete años con vivir este momento. Es un momento muy, muy emocionante para mí: respirar el aire de Francia, estar con ustedes", dijo al pie de la escalerilla del avión presidencial que la trajo desde Bogotá.
El aparato aterrizó a primera hora de la tarde en el aeropuerto militar de Villacoublay, al suroeste de París. Bajo un cielo estival, vestida con un traje azul marino, Ingrid Betancourt bajó muy risueña del Airbus, se abrazó a Sarkozy y besó a su esposa Carla, con quienes intercambió palabras y sonrisas.
"Les debo todo, les debo mi vida", dijo esta mujer que pasó 2.321 días en manos de las FARC. "He llorado tanto por el dolor y la humillación. Hoy lloro de alegría. Miro a este hombre extraordinario que tanto lucho por mí y a través de él también veo a toda Francia", agregó de la mano de Sarkozy.
Hubo tiempo para la emoción, pero también para hablar de política, de lo que se había hecho por ella, de lo que queda por hacer por los que siguen prisioneros de la guerrilla, para el agradecimiento y para la reflexión.
Dijo que no se creía que la operación del ejército colombiano que permitió su liberación haya sido "una puesta en escena", como afirmó la Radio Suiza Romanda (RSR), según la cual los dirigentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habrían recibido unos 20 millones de dólares para liberarla a ella y a otros 14 rehenes. (Ver nota aparte) "Francamente, no creo que me puedan engañar fácilmente. No. No creo que haya sido una puesta en escena", afirmó.
Arropada por su familia en una sala del palacio presidencial del Elíseo, la ex candidata presidencial pidió a los guerrilleros "que sean buenos perdedores" porque "es el momento de hacer una rectificación". "Los colombianos estamos dispuestos a tenderles la mano, pero no estamos dispuestos a participar en una farsa", agregó el ex rehén, que elogió al presidente colombiano Álvaro Uribe, que "ha estado extraordinario". Y consideró que "la estrategia" para su liberación había sido "fruto de la reflexión conjunta" de Colombia y Francia.
Pidió a Francia que conceda becas a los jóvenes rehenes liberados y a los que aún están en manos de las FARC, una vez que se haya logrado su liberación. "Para todos los que han sido víctimas de esos verdugos, si desean venir a Francia, no hay problema, al contrario", le respondió Sarkozy, quien se comprometió a "continuar" el "combate" por los rehenes que siguen presos de la guerrilla.
En el Elíseo asistía a una recepción ofrecida por los comités de apoyo, en la que había unos 300 invitados. Allí estaban sus hijos Mélanie y Lorenzo, su madre Yolanda Pulecio y el ministro de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner.
Hoy se someterá a pruebas médicas pero el jefe médico del Elíseo, Christophe Fernández, concluyó que su estado de salud es "satisfactorio" tras un breve examen. Desde su liberación, Ingrid Betancourt, de 46 años, apareció radiante a pesar de haber estado muy enferma durante su cautiverio. "Estuve encadenada todo el tiempo, las 24 horas del día, durante tres años", declaró a la radio Europe 1. Confesó haber sido maltratada y salvada por su "espiritualidad". Betancourt tuvo también momentos para el humor.
"Lo siento por haber afeado la fachada del ayuntamiento", dijo al descolgar su retrato de la fachada del ayuntamiento, a donde acudió tras la recepción en el Elíseo. La gran foto fue colgada por las autoridades parisinas en el 2004 para recordar, día a día, el calvario de Betancourt a los habitantes de la ciudad.