Mujeres con Discapacidad

Por Johanna Romero

Fuente: Grupo REDI

Hace algunos años, con el apoyo de nuestra querida compañera con discapacidad física severa Leonarda Palaco, ex coordinadora del CONADIS en Arequipa, se logró un “Acuerdo de Solidaridad por las Personas con Discapacidad”, con quienes después fueron las autoridades locales y regionales, abriéndose así la posibilidad de concretar un gran proyecto de viviendas accesibles y productivas para lograr un paso a la inclusión social de las personas con discapacidad y sus familias.

Más tarde, con el liderazgo de una extraordinaria mujer como Jeannette Andía, en su silla de ruedas, nuestra fundadora de la Asociación de Minusválidos Vida, se empezó a concretar el proyecto en el Distrito de Yura, en las Zona “A”, “B”, y C, el sector “El Valle Encantado”, con el consentimiento y acta de posesión otorgada por Gobierno Regional.

El proyecto iniciado por las propias personas con discapacidad no pretende construir un gueto sino una comunidad inclusiva, con un diseño urbano integral y accesible, que las beneficie en una proporción de cerca del 25 por ciento de una población de 700 familias.

Pero hoy, lo que hemos logrado las personas con discapacidad, en especial las mujeres, quiere ser aprovechado por inescrupulosos que han encontrado a tontos útiles que nos dividen y que ahora vienen a fungir de nuevos directivos, el último viernes 16 de noviembre del 2012, a las 15:00 horas aproximadamente, una turba destruyó por completo mi cuartito de sillar (de 5.20 x 3.40 metros), recién construido y listo para techar con calaminas. En un acto vandálico, injustificable, indigno, superlativamente vejatorio e inhumano.

Si lo que buscan es callarnos, que dejemos de lado un proyecto inclusivo y convertirlo en un gran negocio, entonces querrán expulsarnos, separarnos de la institución, calumniarnos, destrozar nuestra morada y amenazarnos de muerte, como ya se están dando con llamadas anónimas que utilizan los mismos términos de los directivos que estuvieron el viernes, la tarde de los salvajes; por eso, si el CONADIS no estuviera en condiciones de defender mis derechos, sé que cuento con el apoyo de mis compañeras, y de algunas autoridades consientes de este abuso.

Sostenemos que, con la directiva o a pesar de ella, el proyecto sigue adelante. Pido a Dios la suficiente fortaleza moral para luchar contra esta injusticia y, a mis amigos la difusión de este abominable agravio.

Sigamos en la lucha,

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