Los seres humanos tenemos fantasías sexuales. Pensar que alguien que porte una discapacidad del tipo que sea no las tiene es desconocer que la sexualidad es una parte fundamental de la persona, a tal punto que negarla, desconocerla o reprimirla es altamente perjudicial.
La sexualidad forma parte de la vida de todos los seres humanos y encuentra su expresión en pensamientos, deseos, creencias, actitudes, valores, actividad genital, roles, relaciones, costumbres sociales, ritos culturales y también con fantasías.
La falta de información, tanto de los adolescentes con discapacidades mentales, por ejemplo, como de padres, profesionales, docentes y del personal auxiliar de los diferentes centros de día, hogares o escuelas a las que concurren, llevan a tener pensamientos e ideas a veces erróneos sobre la expresión de la sexualidad, generando dificultades en los vínculos a la hora de hablar de ella. Asimismo, existen dudas, curiosidad y mitos sobre la sexualidad de personas con discapacidades físicas. ¿Podrán ejercerla?
Sus capacidades cognitivitas se encuentran en pleno funcionamiento y su vida afectiva se ve “afectada” por su déficit motor. ¿Habrá quién encuentre atractivas a personas que han sufrido una parálisis producto de un accidente o enfermedad, o enferman de Parkinson en la plenitud de su edad, o tal vez nacieron con un déficit sensorial? Si podemos explicar, informar y brindar apoyo, podríamos despejar dudas y reducir los riesgos que conlleva la falta de información.
Muchas personas con discapacidad motora eligen ser sexualmente activos. En ellos se asumen las privaciones que produce tener un cuerpo diferente; por ejemplo, algunas posiciones para las relaciones sexuales, y fantasías eróticas de las que disfrutan quienes no tienen estas discapacidades físicas. Los factores culturales de tener relaciones sexuales espontáneas son limitadas, pues ellas necesitan ayuda para ejercer la relación genital.
Debemos tomar conciencia de que, a pesar de tener una discapacidad, cualquiera que ella sea, una persona va a tener fantasías sexuales del orden de lo afectivo y de lo sensual.
De acuerdo a la edad del sujeto y al momento de su vida, las fantasías son diferentes, y en el caso de las personas con déficit cognitivo van a estar en relación a su capacidad de imaginación.
Lo que debemos tener muy en cuenta es la actitud que tomaremos frente a la verbalización de una fantasía. Muchos piensan que las personas con discapacidad no tienen intereses, curiosidad, deseos o fantasías sexuales. Pero están y son eso, fantasías, ideas que invaden el pensamiento, representaciones mentales que no siempre se llevan al plano de lo real, ni se concretizan. Las fantasías están ligadas a imaginar una situación posible, reproducir mentalmente una imagen que no existe o idealizar momentos o situaciones reales. Generalmente, las fantasías sexuales se contraponen a las creencias y a la escala de valores y, como están en la imaginación de la persona, no suelen causar conflicto, ya que quedan “ahí”, en la mente de la persona que las ideó; por lo general no son llevadas a cabo. Se puede llegar a verbalizarlas y lo recomendable cuando “escuchamos” la fantasía de una persona con discapacidad mental fundamentalmente es no dramatizar.
Es muy común, y sobre todo en personas con déficit cognitivo, no saber diferenciar una fantasía de un deseo sexual, ya que ambas nociones se encuentran en el plano mental; las fantasías se refieren a la evocación de una “situación ficticia”, el deseo es previo a llevar a cabo una acción. Y éste puede tener su origen en una fantasía.
Las fantasías sexuales relacionadas a la actividad genital propiamente dicha pueden originarse con una imagen erótica que la persona visualiza en su mente, y puede producir sensaciones eróticas y de deseo sexual. La imagen puede venir a la mente después de recibir una caricia, un roce, percibir un perfume. Por otro lado, están aquellas asociadas a situaciones que derivan de una relación sexual o de los cambios corporales en las diferentes etapas de la vida, como la pérdida de la virginidad, el embarazo, los cambios físicos de la pubertad, el climaterio en las mujeres, la vejez. Y también las hay relacionadas a la sexualidad que tienen que ver con los usos y costumbres de la época en función de los roles de género.
¿Qué temas generan fantasías?
La adquisición de la identidad sexual y el rol de género
La identidad sexual debe ser entendida como el conocimiento que cada persona tiene de pertenecer a la categoría de mujer o de varón basándose en sus características biológicas.
El rol de género son las asignaciones dadas por las costumbres en el vestir, la manera de ser y comportarse en los diferentes ámbitos y situaciones que la sociedad considera como adecuadas en la mujer o en el hombre.
A partir de las diferencias biológicas sexuales, primordialmente los órganos genitales externos, se pone un nombre y se asigna un rol sexuado que afecta todos los aspectos de la vida del niño o niña: los vestidos, los adornos, la decoración de su dormitorio, los juguetes y juegos, los deportes, las características de personalidad esperadas, la conducta deseable, las fantasías sobre el futuro profesional, etc. Antes de que el pequeño sepa quién es él mismo, la sociedad le asigna un rol que condicionará todo su desarrollo social. La identidad sexual es un regulador de la conducta tan trascendental que los adultos no saben interactuar con ellos sin antes conocer si se trata de un niño o una niña. Y las fantasías sobre “lo que va a hacer cuando sea grande” muchas veces se ven obstruidas por la discapacidad y comienzan a recibir un trato donde la sexualidad queda tapada hasta que “se hace ver” con los cambios biológicos de la pubertad, o con las manifestaciones de conductas sexuales como la masturbación.
Los cambios corporales y las nuevas sensaciones
El cuerpo sexuado es un cuerpo con emociones y sentimientos, un cuerpo construido por el lenguaje y por el contexto socio histórico. En una época donde el cuerpo es centro de las miradas, el estar más o menos delgado, el tener más o menos busto, el usar determinado tipo de ropa, pone al cuerpo en el centro de las miradas, y tener en cuenta las ideas y fantasías sobre mi cuerpo es muy importante. Poder reflexionar individualmente y en grupo sobre el tema es parte de una educación sexual integral, sobre todo en personas con síndromes genéticos, donde es visible “la diferencia física” con los modelos que nos proponen los medios de comunicación.
En la adolescencia, los cambios físicos y psíquicos hacen que el cuerpo comience a cambiar junto con su percepción del sexo. Las personas con un nivel cognitivo leve y moderado experimentan, al igual que cualquier otro adolescente, sensaciones que las llevan a explorar su cuerpo y a tener experiencias placenteras que luego el pensar en la acción que llevaron a cabo contribuye al surgimiento de las primeras fantasías en torno a los órganos sexuales y sus sensaciones placenteras o displacenteras.
El uso del preservativo
Cuando trabajamos sobre VIH/sida y prevención de enfermedades de trasmisión sexual, debemos hablar sobre el uso del preservativo, destacando que es el único método que previene el contagio. Muchas veces, el preservativo es depositario de fantasías y temores que alejan a las personas de su uso. En ocasiones se lo asocia a la infidelidad o a que solamente es usado por “personas que practican la prostitución”.
El embarazo y el nacimiento de un bebé
Son muchas las fantasías en torno al embarazo y a cómo nacen los bebés. Generalmente surgen cuando alguna mujer de la familia o de los lugares a los que concurren habitualmente está embarazada.
Es necesario conocer de qué están informados y qué fantasías y teorías tienen en torno a aspectos relacionados con la sexualidad en general, con el fin de saber lo que hay de correcto e incorrecto en ellas.
Si conocemos esto, podremos promover la creación de contextos que les permitan contrastar sus conocimientos y actitudes con información clara.
Para evitar fantasías distorsionadas, se pueden mostrar algunas ecografías de diferentes momentos del embarazo, pudiendo apreciar cómo va creciendo el bebé, cómo se van formando las distintas partes del cuerpo. Esta actividad se puede enriquecer con la visita de mamás, tías o personal de la institución que se encuentren en diferentes momentos de gestación.
Es importante que presentemos información en un lenguaje lo más científico posible, siempre que sea comprensible, con la intención de revisar y modificar ideas y creencias erróneas vinculadas al origen y nacimiento de los bebés.
Fantasías en las diferentes etapas de la vida
Fantasías sexuales en la infancia
En la primera infancia hay interés por descubrir y explorar el cuerpo. Muchos niños se masturban y así sienten placer y descubren ese placer. Si las experiencias son agradables, generarán en su vida adulta un placer satisfactorio que se reflejará en relaciones equilibradas, pudiendo vivir su sexualidad de manera más plena. Las personas con discapacidad mental también pasan por esa experiencia y, si su nivel cognitivo no supera una edad mental de 2 o 3 años, seguirá masturbándose aunque tenga 30 años, aunque sus recursos cognitivos no le permitirán tener fantasías, como una persona de 30 años sin déficit cognitivo.
Fantasías sexuales en la adolescencia y la pubertad
Se comienza a tener conciencia de las imágenes eróticas, que es lo que provocara el erotismo y el deseo sexual. Los vínculos de relaciones amorosas para ambos sexos se generan en esta etapa. Los encuentros sexuales se concretan muchas veces a finales de la pubertad y, por ende, las fantasías sexuales. Una persona con discapacidad mental leve también va a tener fantasías relacionadas al encuentro íntimo, lo mismo que las personas con discapacidades mentales físicas que tienen pleno uso de razón.
Fantasías sexuales en la adultez
Las fantasías se diferenciarán según el sexo. La mujer imagina relaciones sexuales con un hombre diferente a su pareja, recuerda experiencias vividas. Fantasea más cuando escucha una música, o mira una película romántica. Los hombres se avocan a fantasías de realizar el acto sexual con varias mujeres o con otra mujer. El hombre se estimula más con el ver.
Las fantasías sexuales aumentan la excitación y la pasión, generan un aumento de la autoestima y permiten la expresión de los sentimientos y pensamientos. A las parejas les permite conocerse y respetarse en cuanto a sus preferencias y necesidades, unido a una buena comunicación y fortalecidos los lazos afectivos de la pareja. Por eso es importante brindar información a personas con discapacidad mental sobre “que es normal” tener fantasías sexuales. Los profesionales deberemos estar muy atentos a diferenciar “una fantasía” de “una alucinación”, sobre todo en el caso de personas que padecen psicosis. Asimismo deberemos tener en cuenta en las personas enmarcadas dentro del espectro autista que sus capacidades de generar pensamientos e ideas suelen estar afectadas, aunque hay casos de personas con autismo que presentan cualidades intelectuales de nivel superior.
Fantasías sexuales en la vejez
El cuerpo cambia, y en general hay lentitud en los movimientos y pensamientos, pero la estimulación sexual permanece, el autoerotismo sigue presente. Las fantasías están más relacionadas a lo romántico, sin demasiada pasión. Y las personas de nivel moderado y leve también tendrán fantasías de orden romántico.
Ejemplos de fantasías en personas con déficit
D., de 24 años, retraso mental leve, manifestaba fantasías donde quería estar con dos chicas teniendo relaciones sexuales. Aunque no había tenido relaciones coitales.
M., de 23 años, retraso mental leve, de novia con un muchacho de 27 años con X-Frágil. Le decía que quería que la abrazara y la besara más seguido y a solas para poder quedar embarazada.
Hay que ayudar a deshacer mitos y tabúes que sólo limitan, aclarar dudas y no dejar que crezcan fantasías que mermen la posibilidad de tener una vivencia más sana de su sexualidad.
Debemos evitar las burlas de, por ejemplo, las fantasías románticas que puedan tener, ya que si lo hacemos, estaremos dañando su autoestima, resultando que controlen sus expresiones sexuales o las repriman, lo que muchas veces hace que comiencen a actuar con rebeldía o agresividad.
Desde que una persona nace con una deficiencia o la misma se provoca por una enfermedad o un accidente y manifiesta una discapacidad que le provoca una minusvalía, la percepción que se tiene de las personas con discapacidad es marcada por su diferencia y, dentro de esa diferencia, uno de los aspectos es el de la sexualidad, y muchas veces no se reconoce plenamente la realidad del deseo de las personas con discapacidad, provocando la negación de la necesidad de prepararlos para la vida se-xual y familiar. La situación de que una persona se encuentre con alguna discapacidad motora, sensorial o mental no quiere decir que esté privada de vivir su sexualidad. Todo lo contrario, pues pueden expresar de diversas maneras sus emociones, afectos y fantasías sexuales.
María Marta
Castro Martín*
* María Marta Castro Martín es Sexóloga Educativa. Especialista en Estimulación Temprana/Adecuada.
Contacto: info@estimulosadecua dos.com.ar
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