La nueva serie de ABC aborda desde la comedia la vida de una familia cuyo hijo mayor tiene parálisis cerebral.
El canal norteamericano ABC se ha tomado muy en serio el papel de sus comedias como escaparate de la representación de las minorías. A través de ellas vimos que hay diferentes tipos de familias y que en la sociedad estadounidense tienen cabida muchos ciudadanos cuya raza no es la blanca. Ahora, con la serie ‘Speechless’, dan un paso al frente para tratar la discapacidad dentro de esa celebración de la diversidad que se ha convertido su bloque de comedias del miércoles.
Scott Silveri, guionista y productor de series como ‘Friends’ o ‘Go On’, es el creador de esta serie que se basa en su propia experiencia. Él creció, como los protagonistas, en un hogar con un hermano con parálisis cerebral y otros problemas de salud. Según explica, es una historia que siempre quiso contar desde que comenzó a trabajar en Hollywood y quería hacerlo desde esta perspectiva concreta: una comedia familiar en la que se muestra cómo una persona con necesidades especiales afecta a todos, pero también cómo les convierte, a ojos de los demás, en bichos raros.
Silveri juega muy bien sus cartas desde el primer episodio, poniendo la corrección política y la inclusividad en jaque en algunos de sus gags pero, sobre todo, dotando de matices a todos los miembros de la ficticiafamilia. Una madre combativa, un hijo empollón, una hija nada princesita y un padre despreocupado son tropos muy vistos, pero ‘Speechless’ les da profundidad desde el comienzo.
Pero sobre todo, la proeza de ‘Speechless’ reside en la representación del propio personaje con discapacidad. No son muchos los ejemplos de personajes discapacitados que podemos nombrar (aunque los hay en series como ‘Breaking Bad’, ‘Fargo’, las series de Ryan Murphy…) pero pocas veces estos están definidos por algo más que su discapacidad. Además, comúnmente la discapacidad llega a la pantalla a través del drama, a veces como objeto de pena, para mostrar una historia de superación manida o, sencillamente, para dar una lección moral a las personas sin discapacidad (ese “fíjate que no estás tan mal” tan repulsivo).
No es el caso de ‘Speechless’. Cuando J.J. empieza a tomarle el pelo a su ayudante, de una forma algo cruel, el “pobre discapacitado” pasa a ser un adorable cabroncete sobre ruedas y, así, el personaje se aleja de una representación unidimensional para adquirir carácter. Es un adolescente más, con necesidades especiales, sí, pero un chaval como otro cualquiera del que, además de su lado macarra, también veremos algo de ternura cuando le echa un capote a su hermano.
Y no deja de ser destacable que el intérprete del personaje sea Micah Fowler, un actor que tiene en la vida real parálisis cerebral aunque en menor grado (por ejemplo, él sí puede hablar). Al igual que cuando se debate en torno a los intérpretes de personajes transexuales, quizás no haya una respuesta de blanco o negro en este asunto, y no podamos determinar que los discapacitados solo puedan ser encarnados por personas con auténticas discapacidades. Pero siendo tan pocos los personajes de este tipo que hay en televisión o en el cine, es entendible que se reclame que sean actores de esta condición quienes los encarnen.
Se agradece que ‘Speechless’ aborde el tema desde el humor y que la discapacidad de JJ no sea lo único de lo que hable la serie, apesar de que sea central en la historia. La visión de esos otros hijos que, aunque no tengan necesidades especiales no dejan de necesitar el amor incondicional de sus padres es otro tanto a su favor. Y por supuesto la presencia de Minnie Driver (‘El indomable Will Hunting’, ‘The Riches’) como matriarca de la familia, hilarante en ese gag de “basura o persona”.