Son un centenar las que ya funcionan en neuropsiquiátricos de Francia, Suecia y México, entre otros países. La última en comenzar sus transmisiones fue Radio Senza Muri, de Italia, que recibió capacitación de la emisora del Hospital Borda.
Por:
Gustavo Sarmiento
Gustavo Sarmiento
Construir puentes donde hay muros.” Bajo ese lema nació y creció Radio La Colifata, cuyo ejemplo viene materializándose en otros proyectos similares en todo el mundo. La última iniciativa se cristalizó en dúplex entre el Hospital Borda, donde se originó la experiencia hace ya más de 20 años, y un centro de salud mental de Italia, adonde viajaron los directores de la emisora argentina para ayudar, capacitar y acompañar el nacimiento de Radio Senza Muri (“radio sin muros”), en los jardines de Sotería, una antigua casa de convivencia para pacientes psiquiátricos de Jesi, una pequeña localidad de la provincia de Ancona. Con esta, ya son unas 100 las radios surgidas según el concepto de La Colifata, la primera emisora pensada en un hospital neuropsiquiátrico.
Hasta Ancona se dirigieron Alfredo Olivera, director y fundador de La Colifata; Laura Gobet, una psicóloga que trabajó varios años en la radio; y Veronica Kazimierczak, actual coordinadora general, para dictar un curso de capacitación de nueve clases. “Senza Muri es una hija directa de La Colifata, así como también lo son Radio Citron, de París, Radio Abierta de México y muchas otras experiencias realizadas por usuarios de servicios de salud mental”, comentó a Tiempo Argentino el psicólogo Olivera, que hace pocos días se instaló en Francia para comenzar su labor como director del Servicio de Acompañamiento a la Vida Social, a cargo del Estado galo.
El proyecto pensado por la comuna de Jesi desde hace varios años pudo llevarse a cabo gracias al financiamiento de la Comunidad Europea y al impulso de Susana Ciummelli, una argentina que vive allí desde 1989. “En 2003 descubrí que existía La Colifata por una revista local, decidimos ir a visitar la radio y los invitamos a venir”, expresó.
Senza Muri transmitió por primera vez el pasado 24 de marzo, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, desde los jardines de Sotería, pero la intención de las autoridades es realizar micros para radios italianas y volverla itinerante, como aquí es La Colifata Solidaria, donde los protagonistas van a plazas o parques para involucrar al público.
“Siempre dije que para entender qué es La Colifata hay que ir ahí y participar; si no, no la entendés. Acá se crearon muchas radios pero ninguna así, por eso nos interesaba hacer un curso de formación con ellos. Y ha sido algo mágico”, acotó Ciummelli.
La radio partió de una primera certeza: ser pluralista, contra la estigmatización social. Al aire tendrán voz los gitanos, las asociaciones que luchan contra la mafia, los “locos” y los inmigrantes. “Su objetivo será abrirse al encuentro de diferentes para producir diferencia. Será un intento de ruptura de guetos, desarmando modos del nombrar”, reflexionó Olivera. Para Ciummeli, “no es una radio clásica. Buscamos que se pierda todo el prejuicio y el miedo, donde un adolescente te hable de su música o una señora de Rumania hable de las recetas de cocina de su país”.
“¿Por qué una radio?” dice, escrito con tiza, sobre el pizarrón utilizado en el curso de capacitación en Italia. Debajo, hay varias listas: los objetivos y sentidos del proyecto; el contexto en que se inserta; la población a la que se dirige; las dificultades. Los profesores argentinos cuentan la experiencia del Borda; acentúan la importancia del diagnóstico y el caso de cada paciente particular, si tiene familia, si tiene aptitudes laborales; remarcan que nada es fácil en lugares de este tipo; y proyectan videos como ejemplo. En uno, el protagonista es Manu Chao, el músico de origen francés que más apoyó al proyecto del Borda, al punto de conseguirles financiamiento.
“La Colifata ha desarrollado un modelo no tradicional: rompe con los lugares y espacios establecidos. Funciona como licuadora de prejuicios y rompe la lógica del que actúa y el público: la construcción de la obra es colectiva. El dispositivo estético y clínico produce situaciones nuevas, produce acontecimiento, el encuentro de seres en búsqueda. Esa es una de las claves de La Colifata y es por eso que nos llaman. Podríamos nombrar a La Colifata como una ‘clínica del asombro’, que origina sujetos y nuevas posibilidades de apropiación identitaria, que descaptura los clichés y abrocha formas saludables en un camino que no tiene fin”, analizó Olivera.
Sin embargo, admirada afuera, La Colifata atraviesa hoy la peor crisis de su historia: ya no recibe financiamiento del exterior y el año pasado el gobierno de la Ciudad cortó el subsidio que le daba. Aun así, sigue siendo el faro que miran las radios de todo el mundo.
“Nos vamos enterando de nuevas experiencias. Acabo de participar de un encuentro de radios ‘colifatas’ europeas en Barcelona, y allí supimos que empezaron otra en Polonia. La Colifata ha inspirado el nacimiento de una centena de radios en el mundo, entre ellas, Radio Nikosia, de Barcelona; Totalnormal, de Suecia; o Vilardevoz, en Uruguay”, contó Olivera. Ahora, su sueño es reunir a todas las “colifatas” de la Argentina, “para armar una red nacional que articule recursos de difusión, financieros y humanos. Esa tarea será posible si trabajamos desde la nueva Ley de Medios, en articulación con la nueva Ley de Salud Mental, y nos valemos del apoyo del Estado para desarrollar estos procesos”. <
Sábados a la tarde
EN EL AIRE. La Colifata transmite los sábados de 14:30 a 19:30. Los programas pueden presenciarse en Ramón Carrillo 375. Para consultas o ayuda de cualquier tipo, comunicarse a radiolacolifata@gmail.com o al teléfono 4554-4356 . El sitio web es www.lacolifata.org.
Proyecto multimedia
La Colifata encara un proyecto multimedia para transmitir todos los días online y con una nueva antena FM.
El Borda, abandonado
Según Alfredo Olivera, “la realidad del Borda evidencia el abandono de la salud pública en la Ciudad”.
Dilemas presupuestarios
A pesar de su influencia en todo el mundo, la realidad financiera de La Colifata se agrava día a día. Nació en 1991, y 20 años después, en 2011, “sufrió la peor crisis de su historia”, según su fundador y actual director, Alfredo Olivera. El 85% de su presupuesto anual provenía de Europa, y con la crisis, la ayuda se interrumpió. Además, recibían una pauta de 10 mil pesos del gobierno porteño, que cubría el 12% del presupuesto anual y que en 2011 el jefe de gobierno Mauricio Macri decidió cancelar. “A fines de 2010, trabajaban 12 profesionales. En 2011, el plantel se redujo a cuatro y estuvimos al borde del cierre”, expresa Olivera.
Mientras desaparecía la ayuda local, llegaba, a fines de 2011, el apoyo del gobierno nacional, con pagos mensuales. “Esta ayuda se aumentó en 2012, y esperamos poder ir reconstituyendo la organización y pagar poco a poco las deudas contraídas”, comenta Olivera. A su vez, en la Legislatura porteña, un proyecto de ley de la diputada María Elena Naddeo propone una ayuda mensual de 6250 pesos para La Colifata durante cinco años.
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