Curso presencial, que inicia el 15 de mayo en el centro de Día Despertar: EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL está auspiciado por la ASOCIACIÓN ARGENTINA DE SEXOLOGÍA Y EDUCACIÓN SEXUAL
Informes: cursoesidespertar@gmail.com
Lic. Osvaldo V. Macri – Prof. María Marta Castro Martín. Miembros del equipo de capacitación de la Filial Buenos Aires de AASES
PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
II CURSO VIRTUAL DE EDUCACIÓN
MODULO 1
«INTRODUCCIÓN A LOS CONCEPTOS DE
SEXUALIDAD Y DE EDUCACIÓN SEXUAL»
SUBJETIVIDADES. SEXUALIDADES
Hablar de sexualidad implica dar cuenta de la constitución de la subjetividad desde sus comienzos, y de las transformaciones que se experimentan en el proceso a través del cual los niños y las niñas van desarrollándose en su dimensión afectiva- sexual. En este proceso, el «otro» siempre está allí, instituyendo la sexualidad a través de la suya, brindando significados y sostén a partir de sí mismo.
En este sentido, «la infancia es el tiempo de instauración de la sexualidad humana»3, es el tiempo de la organización del psiquismo y de un modo humano de vincularse con otros, abierto a nuevas resignificaciones y en vías de transformación hacia nuevos niveles de complejización posibles. Cuando el bebé, gracias al auxilio que le brinda la madre u otro adulto significativo calma sus necesidades biológicas, en ese mismo encuentro, halla una gratificación de otro orden, un plus de placer, que inaugura un plano de tensiones a ser satisfechas, que van más allá de la satisfacción del hambre, el abrigo o la sed.. Estas «otras tensiones, del orden sexual, no resolubles ya por medios simplemente físico-químicos, quedan abiertas a todo tipo de simbolizaciones y se constituyen como motor del progreso psíquico». Esto implica que, en la conformación subjetiva de las personas, la sexualidad entra desde el primer momento a configurar lo específicamente humano, más allá del alimento que en sí nutre el organismo, más allá de lo autoconservativo.
La sexualidad humana nace, así en el encuentro del nuevo ser con otro que lo incluye en un mundo de relaciones intersubjetivas y en una cultura donde está en juego la sexualidad, «apuntalada» sobre la satisfacción de las necesidades biológicas, pero yendo más allá de la biología. Este ir más allá de la función conservadora de la vida, hace del ser humano alguien que no agota su vida en la satisfacción de las necesidades para sobrevivir. Lo hace buscador de símbolos, de palabras, de gestos, de mundos habitables de diferentes maneras a partir de otros y con otros.
El sostén para convertirse en sujeto es, entonces, una trama tejida con gestos y actos que ayudan a construir significados, caricias y palabras en el momento del amamantamiento, miradas alentadoras del crecimiento y de la búsqueda autónoma de las capacidades del niño y adolescente en diversos momentos de su infancia y de su adolescencia, espacios de libertad para ensayar/se y límites habilitantes para que las potencialidades se desplieguen. El cuerpo y la sexualidad están allí, en cada momento, en cada vínculo, en cada iniciativa; en las miradas de los otros y en la propia mirada que recorta a ese alguien que uno «es» y también a la proyección de cómo nos gustaría ser. Brecha siempre abierta entre un ser actual y uno potencial, donde las identidades se juegan, se redefinen y la sexualidad opera como motor y es también efecto, configurándolas.
Es decir, entonces, que constitución psíquica y sexualidad se hallan vinculadas desde los primeros tiempos de la vida, desde las primeras inscripciones, las primeras ligazones que fundan la subjetividad; y que se instituyen desde otros (padre-madre-adulto significativo) que ofrecen parte de sí mismos para que el nuevo ser sea y vaya siendo a cada momento, en cada situación de crecimiento y formación. Es por ello que decimos subjetividad y, a la vez, decimos sexualidad. Subjetividad o proceso de subjetivación porque no hay allí un estado cerrado y terminado, una etapa supuestamente alcanzada que garantice el logro evolutivo «esperado» y también porque al decir subjetividad o proceso de subjetivación nos negamos a hablar de una interioridad opuesta a un «exterior» social, de un individuo diferenciado de su contexto, o de un psiquismo que se autoabastece, ajeno a la transformación en relación a otros.
CRÉDITOS
Adaptación del módulo 1 escrito por María Beatriz Greco1 para el curso virtual de Educación Sexual Integral en la Escuela Secundaria del año 2008, realizada por el equipo del Programa Nacional ESI.
1 María Beatriz Greco: Licenciada en Psicología (UBA). Magister en Filosofía (Universidad de Paris VIII). Profesora e investigadora de la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología y Derecho. Participa en asesoramiento institucional y formación docente. Autora de numerosas publicaciones acerca de la temática que entrecruza educación, procesos de subjetivación y relación pedagógica, particularmente vinculados a la escuela secundaria y las adolescencias.