Tabaquismo

Los efectos del tabaco en el feto

El tabaco puede causar daños irreversibles en el feto; sus efectos pueden llegar a ser tan nocivos como las drogas ilegales

Fumar ocasionalmente durante el embarazo ocasiona en el feto graves daños que se traducen en un cambio del comportamiento del bebé, según un estudio realizado por el Brown Medical School, en Rhode Island (EEUU) y publicado en la revista “Pediatrics”.

Muchos son los problemas provocados al feto por consumir tabaco durante el embarazo. Riesgo de parto prematuro, síndrome de muerte súbita y bajo peso del bebé al nacer son algunos de los riesgos que se derivan del consumo de tabaco por parte de la mujer embarazada. La época en la que el consumo de esta sustancia es más peligroso para el feto, son los tres primeros meses de la gestación.
El tabaquismo en esta fase del embarazo provoca graves efectos como una mayor amenaza de aborto por la disminución crónica de oxígeno y cierta disminución de la fertilidad.

Asimismo, durante los siguientes dos trimestres, el consumo de tabaco puede provocar partos prematuros, menor peso en el recién nacido del esperado o peso inferior al normal para la edad gestacional, taquicardia fetal, desprendimiento prematuro de la placenta y placenta previa, mortalidad perinatal, muerte súbita neonatal así como defectos congénitos, retraso del crecimiento intrauterino, labio leporino o fisura del paladar (hendidura o separación en el labio y/o paladar como resultado de que los dos lados del labio superior no crecieron a la vez) y de espina bífida microcefalia (asociado a la detención del crecimiento del cerebro) así como de enfermedades respiratorias como asma.

Nerviosos e Inquietos
El tabaco en las mujeres embarazadas produce efectos parecidos a los provocados por el consumo de drogas ilegales, tales como crack, cocaína o heroína. En base al estudio realizado por el Brown Medical School, en Rhode Island, los efectos de la nicotina en el feto no sólo producen los nocivos efectos anteriores, sino que los bebés cuyas madres fumaron durante el embarazo eran más nerviosos, irritables, excitables, inquietos, difíciles de consolar y presentaban mayor rigidez muscular que los niños nacidos de madres no fumadoras.

Durante los dos primeros años de vida el niño tiene una mayor probabilidad de presentar comportamientos rebeldes, agresivos y otras conductas negativas.
Los problemas derivados del tabaquismo materno se acentúan desde la más temprana infancia en la que se pueden sufrir problemas de conducta que pueden derivar en una tendencia a sufrir trastornos psiquiátricos (comportamientos criminales) en el caso de los niños y más probabilidades de engancharse a la droga en el caso de las niñas, durante la adolescencia.

También se observa una relación ascendente respecto al número de cigarros consumidos y el estrés observado en el recién nacido.
Las futuras madres que convivan con una persona fumadora también corren riesgo de sufrir partos prematuros y bebés de bajo peso al convertirse en fumadoras pasivas.

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