Martes 2 de octubre de 2001 | ||
INFOGRAMA MAS INFORMACION La ONU discute plan contra terrorismo Oposición acuerda un gobierno pos-talibán |
EE. UU. ya opera para derribar al régimen de Afganistán |
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Crece la idea de un inminente ataque masivo en esa región. |
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WASHINGTON/ISLAMABAD . - La probabilidad de ataques militares de Estados Unidos contra Afganistán pareció aumentar ayer con la insistencia del gobernante movimiento Talibán en desafiar al pedido de Washington de entregar al militante islámico Osama ben Laden. El destino del Talibán se veía más precario que nunca, con señales de disensión interna, una ofensiva de la oposición armada en el norte de Afganistán y la nación más poderosa del mundo desplegando fuerzas militares en su vecindario. El presidente norteamericano, George Bush, firmó durante el fin de semana una directiva secreta para proporcionar a los opositores internos del régimen de Kabul ayudas financieras, políticas y militares, reveló ayer el New York Times. Las ayudas norteamericanas, que no se limitan a los guerrilleros afganos del norte, apuntan a hacer caer el régimen talibán: el repetido rechazo de Kabul a entregar a Osama ben Laden permite ahora a la Casa Blanca equiparar a los talibanes con los terroristas y golpear en consecuencia. Las Fuerzas Armadas de EE.UU. "están listas" y la amenaza de nuevos ataques terroristas, como bioquímicos, no inducirá "en modo alguno" a Estados Unidos a suspender represalias contra los autores, organizadores y financistas de los ataques en Nueva York y Washington el 11 de septiembre. Así lo expresó Bush durante una visita a la Fema, una agencia federal dedicada a la protección civil, donde hizo vibrar nuevamente las cuerdas del patriotismo como lo hizo la semana pasada con la CIA y el FBI. "Nuestros militares", exclamó al auditorio que lo aplaudía, "nos harán sentir orgullosos", al tiempo que dio detalles sobre el despliegue norteamericano para la nueva guerra: 29.000 hombres, decenas de naves de guerra, cientos de aviones y 17.000 reservistas convocados. Ciertamente, EE.UU está preocupado por la amenaza de acciones bioquímicas y por los informes sobre carencias de las defensas. Pero Bush le dio la orden a su vocero, Ari Fleischer, de decir que "nada" lo disuadirá de reaccionar a los atentados. En el Pentágono, durante su discurso de despedida, el general Hugh Shelton, jefe de Estados Mayor de las Fuerzas Armadas norteamericanas, aseguró que sus hombres y medios están listos para combatir al terrorismo. Las operaciones de la "nueva guerra" serán comandadas por el sucesor de Shelton, el general de aviación Richard Myers, un experto en tecnología y "guerras estelares", dotes que Bush pretende serán usadas para combatir con la inteligencia de los satélites y aviones espía la "guerra sucia" de las misiones secretas y los comandos en territorio afgano. En tanto, crece la percepción de que los militares están listos a atacar de un momento a otro, aunque todavía deben completar su propio despliegue. El Pentágono ordenó otro portaaviones, el USS Kitty Hawk, al Océano Indico para sumarse a una eventual respuesta militar a los ataques que provocaron el derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York y dañaron su propia sede en las afueras de Washington, dejando unos 6.000 muertos y desaparecidos. Cuando el poderoso navío llegue a la región, habrá cuatro portaaviones con 300 aeronaves en capacidad de atacar a Afganistán, base de la red de grupos armados de Ben Laden llamada Al Quaeda. Asimismo, crecen los interrogantes sobre qué es lo que espera la Casa Blanca para dar el primer golpe: quizá una información que permita dar en el blanco con los santuarios de Ben Laden -sindicado por Washington como mandante de los atentados- y su organización Al-Qaeda, y no atacar en el vacío. Analistas militares creen que Estados Unidos podría atacar con bombas y misiles las defensas claves de Afganistán, seguido por una incursión de comandos especiales en busca del fugitivo multimillonario de origen saudita. Un funcionario de la oposición afgana pronosticó que los ataques podrían producirse en cuestión de días. El presidente George W. Bush dijo que la guerra que declaró contra el terrorismo a raíz de los atentados del 11 de septiembre está avanzando en todos los frentes, al señalar el decomiso de seis millones de dólares y el arresto de un "conocido terrorista", Zayd Hassan Safarini. (ver pag 4) "Estamos progresando en muchos frentes. Recién hemos empezado", dijo Bush al referirse a los desplazamientos de unidades militares. Bush dijo que 30 cuentas que pertenecían a Al Al Kaidah fueron congelados en Estados Unidos, y 20 en otros países en el esfuerzo por cortar las fuentes financieras del terrorismo. Estados Unidos continuó ayer consolidando su alianza internacional, con el respaldo de la ONU a una estrategia antiterrorista internacional, y el renovado apoyo de líderes europeos y árabes. (Reuters/ANSA) Blair lanza una dura advertencia Análisis: Los riesgos de una incursión Llevar a cabo operaciones con fuerzas especiales en Afganistán sería complicado y peligroso y requeriría de una amplia preparación y efectivo apoyo logístico, opinaron expertos militares. |
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