Martes 2 de octubre de 2001

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EE. UU. ya opera para derribar al régimen de Afganistán

 

Oposición acuerda un gobierno pos-talibán

 

El ex rey definió con la Alianza del Norte las bases de una posible transición política.

  Islamabad.- El ministro de Defensa del régimen Talibán, Obaidullah Ajund, llamó ayer a sus tropas a "combatir con todas sus fuerzas" para defender Afganistán, mientras la opositora Alianza del Norte y el ex rey Zaher Shah lograron en Roma un acuerdo para cogobernar en lugar de los talibanes.
Frente a la amenaza de un ataque estadounidense, el ministro talibán Obaidullah lanzó un llamado a sus tropas para que estén listas para defender a Afganistán y "combatir con todas sus fuerzas" contra cualquier agresor extranjero.
"Tienen que luchar con todas sus fuerzas y defender su país. Nuestro enemigo es potente, pero Dios es más potente", declaró.
En tanto, en el noreste del país, donde opera la Alianza del Norte -la oposición armada a los Talibán que controla 10% del territorio, se registraron fuertes combates, aunque Kabul anunció la reconquista del distrito de Qades, del que se había apoderado la oposición armada.
Por otra parte, la Alianza del Norte y el rey afgano en el exilio, Mohammad Zaher Shah, acordaron la creación del Consejo Supremo de Unión Nacional de Afganistán, para conformar un gobierno en caso de la caída del Talibán, tras una serie de encuentros mantenidos en Roma con el auspicio de Estados Unidos.
En un comunicado conjunto dado a conocer ayer se anuncia la convocatoria próximamente de una "Loya Jirgah" (gran asamblea) que elegirá un jefe del Estado y un gobierno de transición.
Representantes de la Alianza del Norte, encabezados por Yosnou Kanuni y el monarca, derrocado hace 28 años, mantuvieron diversas reuniones en los últimos días en Roma, de las que también participó una delegación del Congreso norteamericano.
En el caso de que fuera imposible convocar a la asamblea, el Consejo Supremo tiene la autoridad de designar al jefe de Estado y al gobierno de transición, precisa el comunicado divulgado a la prensa por allegados del rey, quien vive en exilio en la capital italiana desde 1973.
Sin embargo, los Talibán anunciaron ayer la conformación de gobiernos de oposición en provincias disidentes de Afganistán, dominadas por la etnia mayoritaria pashtun, y antiguos baluartes del ex rey Zaher Shah.
La agencia AIP indicó que Kabul anunció sorpresivamente que había integrado a "ancianos y yihadíes" en las instituciones de las provincias de Paktika, Paktia y Jost.
En tanto, la ONU sospecha que el régimen Talibán almacena clandestinamente grandes cantidades de opio con la que puede financiar acciones terroristas, dijo hoy en Panamá Brian Taylor, representante de la dirección del Programa de la ONU para la Fiscalización Internacional de Drogas. El delegado de la ONU declaró que Afganistán ha producido el 70% del opio que se consume en el mundo, lo que generó grandes ingresos al régimen Talibán .

Para Pakistán, sus ex aliados tienen los días contados

ISLAMABAD (ANSA) - El presidente de Pakistán, general Parvez Musharraf, dijo ayer que el régimen de los talibán afganos "tiene los días contados" y que Estados Unidos "entrará en acción en Afganistán".
Musharraf insistió, en declaraciones a la red televisiva BBC, que "a causa de las posiciones que los talibán tomaron... habrá una confrontación armada".
El mensaje es claro y viene del presidente del único país del mundo que aún reconoce al régimen instituido cinco años atrás en Afganistán por la milicia integrista. Musharraf, que el domingo concedió otra entrevista a la CNN, no dejó dudas de que la decisión ya está tomada. El general-presidente no excluyó que en el futuro las tropas norteamericanas utilicen las bases militares paquistaníes. "No aún", respondió cuando se le preguntó si grupos norteamericanos estaban ya en Pakistán.
Musharraf, interpretando los sentimientos de toda la clase dirigente paquistaní, resistió hasta el final la idea de que un ataque militar sea el único camino para poner fin a las actividades del extremista árabe Osama ben Laden y de su organización Al Qaeda
Musharraf defendió la política de Pakistán, que en 1994 apadrinó a los talibán y en los años siguientes siguió ayudándolos con apoyo logístico y económico , a pesar de que su propio país atravesaba una profunda crisis económica. "Nosotros tratamos de mantener abierto el diálogo con los talibán, que controlan el 95% del país. Ahora la situación cambió y debemos encontrar otra política".

Llegó a Kabul el primer convoy de ayuda alimentaria

Islamabad (Télam-SNI).- El Programa Alimentario Mundial (PAM) informó que llegó ayer a Kabul el primer convoy humanitario desde los atentados del 11 de setiembre en Estados Unidos.
El vocero de PAM, Jaled Mansur, dijo que los seis camiones que salieron ayer de la ciudad paquistaní de Peshawar (norte) y entraron en Afganistán por el vecino paso fronterizo de Torjam, con 200 toneladas de trigo, llegaron hoy a la capital afgana.
"Los camiones llegaron a Kabul y estamos descargando los alimentos para almacenarlos en nuestro depósito", indicó Mansur y añadió que "no nos señalaron problemas durante el viaje y vamos a tratar probablemente de enviar otros convoyes muy pronto". Un segundo convoy alimentario salió el domingo rumbo a Herat (noroeste) -a donde tendría que llegar en los próximos días-, tras entrar en Afganistán por el paso fronterizo de Shaman, cerca de la ciudad paquistaní de Queta (noroeste).
El portavoz consideró que la llegada sin problemas del primer convoy a Kabul es "una señal muy positiva. Pero tendremos que seguir vigilando atentamente la situación en el terreno para asegurarnos que, en la mayor medida posible, estos alimentos no caigan en manos equivocadas." Después de los atentados de Nueva York y Washington, se interrumpió la ayuda alimentaria a Afganistán y los extranjeros que trabajaban en organizaciones humanitarias tuvieron que abandonar el país.

Análisis: Musharraf le apunta al "ulema Omar"

Con el régimen Talibán empeñado en mantener una actitud suicida, incluso sus amigos y partidarios en Pakistán han comenzado a especular sobre qué tipo de gobierno se instaurará tras la caída del movimiento radical islámico.
Pakistán, que alguna vez instó al mundo a aceptar al movimiento Talibán como el gobierno más conveniente para Afganistán, está hablando ahora de la posibilidad de que el líder supremo -y protector del fugitivo militante islámico, Osama ben Laden- tenga quizás que irse.
"Me sorprendería mucho que no hubiera facciones contrarias al ulema Omar dentro del propio movimiento Talibán", dijo la directora del gubernamental Instituto de Estudios Estratégicos de Pakistán, Shireen Mazari. "Si hay cambios drásticos, el movimiento Talibán quizás integre a su seno a otras fuerzas".
Hasta el gobernante militar de Pakistán, el general Pervez Musharraf, quien buscó en el pasado reconocimiento internacional para el movimiento Talibán y encabeza el gobierno del único país que reconoce a los talibanes, perdió la paciencia. Musharraf envió ya dos misiones que fracasaron para convencer al ulema Omar de que entregue a EE.UU a Ben Laden
Destituir al ulema Omar podría producir un Talibán reformado sobre el que Pakistán tendría aún mucha influencia.
Y dejar con vida a un hombre cuya palabra se acepta sin cuestionarla sería muy peligroso para un posible sucesor, así que en Pakistán dicen que no se sorprenderían si para removerlo, tengan que asesinarlo.
Pakistán cree que la represalia militar de EE.UU destruirá completamente al Talibán y eso no le permitirá influir en la formación de un nuevo gobierno.
Ese país considera esencial, por su continua confrontación con India, lo que los militares paquistaníes llaman "la profundidad estratégica", es decir, el control de Afganistán. Ningún gobierno afgano anterior a éste, incluido el antisoviético de los mujaidin (1992-1996), fue amigo de Islamabad como el de los talibán.
Los paquistaníes temen que un gobierno independiente de Kabul plantee la cuestión del "Pashtunistan", es decir, que se vuelva a discutir sobre las actuales fronteras entre los dos países.
Miles de pasthú, la etnia de mayoría en Afganistán, vive en Pakistán y los nacionalistas pashtú no reconocieron la "Durand Line", el límite entre los dos países establecido por el imperio británico y mantenido por Pakistán

Foto: Los guerrilleros talibanes preparan la resistencia a un ataque de Occidente, mientras hostigan a las fuerzas de la Liga del Norte.

     
     
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