En Nueva Zelanda la variedad Jazz, a pesar de los factores climáticos adversos que este año afectaron la cosecha (se calcula un 30% de pérdida), es una de las variedades más exitosas. La campaña -remarca Eurofruit- será dura nuevamente, como sucede con las otras manzanas, pero el calibre y la calidad son buenos, a pesar del comienzo tardío.
El mercado de Jazz continúa creciendo bien, hay fuerte demanda en todos los destinos clave, aun en el caso de Europa donde, a pesar de la recesión, los precios se han mantenido. "Sería ideal tener más volumen para aprovechar esto", señalan los directivos de ENZA, ya que están teniendo nuevos clientes con mayor demanda de este tipo de fruta.
Las compañías están trabajando muy cerca de los minoristas, anticipándose a un volumen mayor para la próxima temporada, tanto con los de Estados Unidos como con los de Reino Unido y Europa continental, colaborando con ellos para que el consumidor pruebe Jazz y participe en eventos. Y también están trabajando en el desarrollo de la marca global de manzanas de Nueva Zelanda con Pipfruit New Zeland.
Las Braeburn ocuparán un nicho en Europa que será menor de lo que ha sido históricamente y el mercado encontrará el nivel en el cual Braeburn continuará siendo redituable; así Nueva Zelanda sabrá qué volumen es el necesario para satisfacer la demanda.
Otro desafío es la revalorización de la moneda local, que afecta a muchas variedades, entre las que se destaca la Pink Lady. A la variedad Jazz le ha ido bien en los seis últimos meses, mientras que Royal Gala se mantiene estable y sólida.
El estudio privado continúa destacando que las primeras manzanas Jazz en Asia se están vendiendo bien, el mercado está listo para la fruta del hemisferio sur y se presenta una temporada razonable, sin mucha presión de la oferta sobre el mercado. De ahí que la estrategia comercial de Nueva Zelanda para este año haya sido direccionar parte de la oferta exportable que tenía destino final el mercado del Viejo Continente hacia los crecientes mercados asiá- ticos.