Espantado, el oficialismo divisa que el gobernador Miguel Saiz no asumirá ninguna variación antónoma de hombres de su entorno.
Lo de Verani será una partida inducida. Hay maniobras para encuadrarla en mayores cambios.
Francisco González le propuso a Saiz otras opciones en el respeto del equilibrio interno. Incluso esbozó su propia salida de la Secretaría General de la Gobernación.
Más allá de la determinación del ministro, Verani recoge opiniones sobre la inconveniencia de su partida aislada e individual.
Son pensamientos que escuchó del presidente del bloque, Iván Lázzeri y el legislador Daniel Sartor.
El oficialismo -casi en pleno- reclama modificaciones profundas. Sabiendo eso, Saiz respondió ante los periodistas. "No habrá cambios sustanciales. No sería yo. No voy a traicionar mi personalidad". Ese mismo día, el gobernador concentró las culpas para distanciarse de reclamos y disolver apremios de reformas de funcionarios y de acciones.
Potenció esa estrategia con su partida a Capital Federal y no profundizó con nadie qué será del gobierno. Sólo el lunes esbozó su pensar con el presidente de la UCR, Jorge Pascual y, también, con González. El martes habló con el ministro César Barbeito y el otro contacto ministerial fue con la titular de Salud, Cristina Uría, que sólo se limitó a la reunión de la emergencia sanitaria.