PUERTO ESPAÑA (DPA/ AP ) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abrió ayer un nuevo capítulo en las relaciones de su país con América Latina y el Caribe. En un histórico discurso, prometió ayer un "nuevo comienzo" con Cuba y un diálogo renovado con el continente, en la apertura de la V Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago.
"Estados Unidos ha cambiado", dijo Obama. "No siempre ha sido fácil, pero ha cambiado, por lo que creo que es importante recordar a mis colegas líderes que no es sólo Estados Unidos el que tiene que cambiar. Todos nosotros tenemos responsabilidades frente al futuro", manifestó.
Obama dijo que había venido a esta reunión para ofrecer una "asociación en igualdad de condiciones, donde no haya grandes socios, ni medianos socios, ni pequeños socios sino un simple compromiso de respeto mutuo, intereses comunes y valores compartidos´´.
"Cada nación ha tenido su propia historia. Aquí, en Trinidad y Tobago, debemos respetar esas diferencias mientras celebramos aquellas cosas que tenemos en común", insistió. A la par, subrayó que si bien Estados Unidos "ha cambiado", también la región latinoamericana tiene dejar de "echarle la culpa" a su vecino del norte por todos los problemas.
Pese a que Cuba está excluida de estos encuentros por su régimen político, el tema cubano saltó rápidamente a escena en la apertura del encuentro, que finaliza el domingo, con participación de 34 jefes de Estado y de Gobierno. "Sé que tenemos por delante un largo camino para superar décadas de desconfianza, pero hay medidas cruciales que podemos tomar de cara a un nuevo día", dijo Obama en referencia a Cuba.
Pero Obama no se limitó a Cuba sino que extendió la promesa de ese nuevo rumbo al conjunto de los países de la región, en su mayoría gobernados por presidentes de izquierda, y reconoció errores del pasado de su país, al proclamar la necesidad de una "nueva asociación entre iguales". "A veces nos desentendimos o tratamos de imponer nuestros términos", dijo. Pero eso se acabó, prometió Obama.
"Para avanzar no podemos seguir siendo prisioneros de desacuerdos del pasado´´, agregó.
Poco antes, al entrar al salón de ceremonias en el hotel Hyatt Regency de Puerto España, saludó de mano a Chávez, uno de los críticos más beligerantes de Estados Unidos. Un texto difundido por la Presidencia venezolana, que calificó de "histórico" ese saludo, dio la pista de que también la relación con Chávez podría mejorar. (ver aparte)
Los comentarios siguieron a las intervenciones de los presidentes de Argentina, Cristina Fernández y Nicaragua, Daniel Ortega, quienes pidieron el retorno de Cuba al sistema interamericano. Cristina Fernández de Kirchner, anfitriona de la pasada cumbre de 2005 en Mar del Plata, instaló el tema cubano desde el primer discurso, cuando calificó de "anacrónico" el embargo económico estadounidense a la isla y propugnó por su levantamiento.
Con un mensaje de tono conciliador, que en muchas partes estuvo dirigido a Obama, Kirchner llamó a construir un "nuevo orden regional" en las Américas y a dejar atrás "lo que durante muchísimas décadas fue una relacion traumática" con Estados Unidos. Rconoció la decisión de Obama de anular "las absurdas restricciones" impuestas por el gobierno de George W. Bush a Cuba y se refirió a la "apertura total" expresada el jueves por el presidente de Cuba, Raúl Castro, para hablar sobre derechos humanos y presos políticos.
Chávez fue el primero al que le tocó entrar al salón de ceremonias, minentras Obama fue uno de los más aplaudidos. La crisis económica y Cuba ocuparon el rol central en la apertura, aunque formalmente el encuentro está dedicado a la seguridad energética, la sostenibilidad ambiental y la gobernabilidad democrática.