La sensación de que la bisagra de la historia comenzó a girar quedó reflejada en la ceremonia de inauguración de la V Cumbre de las Américas, con la situación de Cuba como eje principal. Y en la moderación y acercamiento entre jefes de estado aparaentemente irreconciliables con EE.UU. tuvo un rol clave el líder brasileño, Luis Inacio Lula da Silva.

El presidente de Brasil viajó a Trinidad y Tobago un día después de charlar por teléfono con su par de Estados Unidos, Barack Obama, en un intento de "acercar posiciones" .

Según analistas, la principal misión de Lula fue evitar que duelos verbales entre Obama y el grupo de países que siguen la línea "bolivariana" del venezolano Hugo Chávez frustren el intento de hacer que la Cumbre sea el marco inicial de una nueva relación de Washington con los países de Latinoamérica y del Caribe.

El propio mandatario brasileño dijo que volvió exhortar su par norteamericano a adoptar "una nueva mirada" hacia América Latina. "Ya no tenemos Guerra Fría, ya no tenemos lucha armada... Estados Unidos debe mirar a Latinoamérica pensando en el desarrollo, en el avance tecnológico, en la asociación, en la contribución", afirmó. Esta visión fue tomada por el presidente estadounidense a su turno. "Yo busco una alianza de iguales", afirmó.

Lo cierto es que las relaciones entre Estados Unidos y los países de la región ya comenzaron a cambiar. A diferencia de la última cumbre en Mar del Plata donde George Bush quedó enfrentado y desairado con la mayoría del continente, en este caso el presidente estadounidense pareció acompañar los argumentos que reclaman un nuevo trato.

Y como señaló el analista Michael Reid a "El País" "la cumbre mostrará también que se ha exagerado la desaparición de la influencia de EE UU. Mal que bien, en los asuntos más importantes que afronta la región -economía, narcotráfico y seguridad pública, energía y cambio climático-, Estados Unidos sigue siendo el actor (o el obstáculo) esencial . (...) No hay duda de que Estados Unidos es menos dominante en América, y en el mundo, de lo que una vez fue. Pero en Puerto España, lo que los latinoamericanos estarán escrutando es lo que Obama, y no Chávez, dice y hace". (Redacción/DyN/AFP)