Las "apenas" 2.500 personas que acudieron a la primera jornada ante los holandeses resultaron demasiado poco número para la inmensidad del estadio de Parque Roca.
El marco, tan atípico para un match de Copa Davis, nunca se había dado de tal manera. Los aficionados históricamente coparon las gradas cada vez que la Legión jugaba de local, variado el número lógicamente de acuerdo a la envergadura del rival.
La final perdida ante España y la ausencia de los singlistas titulares aparecían como causas principales.
Pero ayer la cosa tuvo otro color, menos calor y más gente. La jornada sabatina se ajustó mucho más a la escenografía acostumbrada. Las tribunas estuvieron mucho más pobladas que en la primera jornada y el clima fue sin dudas más copero.
Cuando arrancó el partido de doble, el público presente en el estadio era más acorde. Buen aporte hicieron los "hinchas naranjas". Incluso durante la disputa del set inicial los espectadores siguieron ingresando en los breaks para terminar de darle un marco más apropiado a un partido de Copa Davis.