LA PAZ (AFP/DPA) - Un nuevo escenario político se abre en Bolivia. El presidente Evo Morales fue ratificado ampliamente en su cargo en el referendo revocatorio de ayer en Bolivia, pero su éxito se vio empañado porque también los principales prefectos opositores fueron confirmados. De este modo, se mantiene la polarización que vive el país y la gran mayoría de los analistas coincide en que el diálogo es la única salida tras una votación donde nadie dio el golpe de "nocaut".
Según una encuesta de boca de urna del canal privado de televisión PAT, basado en cálculos del grupo Captura Consulting, el mandatario -junto a su vicepresidente, Alvaro García- obtuvo entre el 60,12% y 62% de votos a favor y 38-40% en contra. Un conteo rápido de la cadena privada ATB señaló que el presidente tuvo a su favor 63,1% de los votos y 36,9% en contra. Para que el presidente fuera revocado era necesaria una votación en contra superior a 53,7%, que fue su votación en las elecciones presidenciales de diciembre de 2005.
Recién hoy se conocerán los cómputos oficiales.
"Vamos a consolidar el proceso de cambio", dijo un triunfal Morales anoche, con lo que, dijo, continuará con su programa de nacionalizaciones y recuperación de empresas para el Estado. "Estamos convencidos de que es importante unir a los bolivianos, del campo y la ciudad, de oriente y occidente, y esa unidad se hará con la nueva constitución y los estatutos autonómicos", dijo Morales desde el balcón de la casa de gobierno También habló de "trabajar de manera conjunta" con sus opositores pero sin precisar cómo se articulará ese proceso.
Sin embargo, el éxito del presidente se vio parcialmente opacado por el hecho de que perdió en 5 de los 9 departamentos y además por la victoria de sus principales opositores.
Los prefectos opositores Rubén Costas (Santa Cruz-69,6% ), Mario Cossío (Tarija, 64,3%), Ernesto Suárez (Beni, 65,8% ) y Leopoldo Fernández (Pando,60,12%) fueron ratificados por un amplio margen. Costas, su principal rival y quien fue ratificado, celebró con un discurso virulento contra el gobierno central al que calificó de "dictadura". Esto frente a una multitud que gritaba "No pisa más", como forma de decir que al presidente no se le permitiría ir a ese departamento. (ver aparte)
El Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Morales, perdió el control de la prefectura de Oruro ya que fue revocado el prefecto Luis Alberto Aguilar, de Oruro (55,7%) Morales puede en cambio sentirse satisfecho con la revocatoria de los prefectos de La Paz, José Luis Paredes, y de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, ambos opositores, aunque este último no reconoció el referendo y no está dispuesto a marcharse, por lo cual la situación de esa región puede volverse explosiva.
La jornada del referéndum revocatorio transcurrió con normalidad y con la habilitación del 97 por ciento de 21.976 mesas que funcionaron en 3.998 recintos electorales, para recibir el voto de 4.047.916 electores, 80% del padrón, según la Corte Nacional Electoral.
Hubo hechos aislados de robo de papeletas, gente que fue "depurada" (borrada de listas electorales) y denuncias de la existencia de doble o triple votación de ciudadanos con varias cédulas de identidad, pero que no afectaron a los comicios en general.
El jefe de Estado, que convocó a esta consulta para destrabar una grave crisis política que lo enfrenta con autoridades regionales, votó en la región cocalera del Chapare, sin escolta y acompañado por sus hijos Evaliz y Alvaro, en una faceta familiar desconocida en él. (ver aparte) Morales reiteró que el referendo debe "redefinir el nuevo escenario político" del país, bloqueado desde hace meses por la pugna que lo enfrenta con 6 de las 9 regiones de Bolivia, que no ven con agrado su proyecto estatista e indigenista y en cambio quieren más autonomía.