La aprobación o no de la ley de retenciones móviles estaba anoche en las manos del vicepresidente Julio Cobos, ya que tanto el oficialismo como los opositores a la iniciativa reunían 36 votos cada uno.
Hasta cerca de las cero de hoy, el kirchnerismo reunía 36 voluntades y la oposición 35, con un indeciso, el legislador por Santiago del Estero, Emilio Rached (radical K). Pero a esa hora se supo que el senador en cuestión votaría en contra del proyecto oficial en consecuencia debería ser el vicepresidente Cobos quien deba desempatar. En este sentido, la Presidencia del Senado había emitido a las 20 un comunicado en el que se afirmó que Cobos "sólo dará a conocer su voto en caso que dicha situación se produzca en el recinto, no antes ni después".
Las gestiones oficialistas se multiplicaban. Tanto Rached como Cobos exigían condiciones para votar a favor el proyecto que el gobierno no estaba dispuesto a conceder, según trascendió.
Una de las posibilidades era que Roberto Urquía (que rechazaba el proyecto) no estuviera presente en el momento de la votación y de esta forma no hiciera falta la definición del vicepresidente.
Si Cobos rechaza el proyecto oficial desatará una crisis institucional, ya que desde el kirchnerismo dijeron que tendrá que irse del gobierno si optaba por esa alternativa.
De todos modos, y sea cual fuere el resultado, desde hoy nada sera igual para el kirchnerismo en el poder.
El gobierno dejó una impronta de difícil resolución al convertir en su enemigo, en una situación sin retorno inmediato, a una porción demasiado importante de la sociedad. Ese sector es clave no sólo por su composición -los productores agropecuarios, la clase media, los partidos de la oposición y parte del propio PJ- sino por su papel en cualquier escenario político.
En el plano económico, la ley que salía anoche no será eficaz para resolver el conflicto y profundizará el freno de la economía y los precios elevados.
El 31 de octubre vencen las supuestas compensaciones para los productores, el campo seguirá sin vender sus cereales y judicializará la protesta contra las retenciones. (Ver escenario)
Las mayores expectativas de toda la jornada estuvieron concentradas en los pronunciamientos finales que adoptarían los senadores Saadi y Rached (radical K de Santiago), los que tenían en sus manos la posibilidad de desempatar los 35 sufragios que habían reunido el oficialismo y la oposición.
"Voy a votar afirmativamente el proyecto que tiene media sanción de la Cámara de Diputados", señaló Saadi poco antes de las 21 cuando le tocó hablar.
La sesión empezó a las 10.30 presidida por Cobos y con 65 senadores en el recinto de los 72 que la componen y con 55 oradores anotados hasta la hora de votación, que dispusieron de 10 minutos para expresarse, con la excepción de los presidentes de bloques y autores de proyectos, que tuvieron cada uno 30 minutos.
Minutos antes que se iniciara la sesión, el senador fueguino José Martínez (ARI), dio una conferencia de prensa en el Salón Azul para revelar que si bien apoya las retenciones en general y no tiene problema con la movilidad, votará en contra del proyecto del Gobierno porque está en desacuerdo con la ratificación de las retenciones móviles que establece el artículo 1 de la ley.
Esto puso fin a una incógnita de días ya que, si bien su par de bloque María Rosa Díaz había adelantado su voto negativo, en Diputados su comprovinciano de la Cámara baja, Leonardo Gorbacz, se abstuvo y restó un