SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Marcelo Cascón se impuso claramente en las elecciones municipales de ayer y San Carlos de Bariloche volverá a tener un intendente radical después de seis años.
El candidato de la Concertación, la UCR y el PPR ganó los comicios con el 34% de los votos, superando al actual intendente interino, Darío Barriga (FpV) por casi 6 puntos. El otro dato político importante fue la consolidación del ARI en la ciudad, porque Sandra Guerrero consiguió la adhesión del 22% del electorado.
La votación de ayer será recordada nuevamente por el bajo nivel de participación: apenas un 61 por ciento de los habilitados concurrió a sufragar, que de todas maneras significó un punto más que la cifra registrada el 1 de julio pasado (ver aparte).
El origen de ese reflejo de la realidad política barilochense fue interpretado de diferentes maneras, pero nadie dudó que la incesante lluvia que cayó en la zona cordillerana durante los últimos cuatro días afectó a la concurrencia hacia las urnas. Esto favoreció el acarreo de votantes por parte de los partidos mayoritarios, que desde temprano movilizaron decenas de autos y combis por toda la ciudad.
Con el 100 por ciento de las 158 mesas escrutadas, Cascón consiguió 14.956 adhesiones, contra las 12.397 de Barriga y las 9.743 de Guerrero. Cuarta y quinto quedaron Esther Acuña y Francisco De Césare, con 1.720 y 1719 sufragios, en tanto que Arístides Terrile, del FRAL, fue apoyado por 1.563 ciudadanos. Los votos en blanco fueron 370, los nulos 1.138, los recurridos 248 y los impugnados 24.
Desmenuzando los votos de Cascón también pudo observarse que la Concertación por Bariloche le aportó 6.398 votos, la UCR 4.700 y el PPR 3.858.
Al margen de la escasa participación, la elección transcurrió con normalidad y no hubo más que protestas informales sobre los variados "atajos" que intentaron tomar los partidos tradicionales para sumar votos. El escrutinio también fue ordenado y se desarrolló dentro de los tiempos previstos, porque a las 22 se conocía el resultado provisorio del total de las mesas.
El nuevo intendente salió a celebrar a las 20 en su local de calle 9 de Julio, rodeado por dirigentes locales y provinciales, la mayoría de estos últimos apareciendo recién ayer al lado del candidato. También recibió el llamado del vicepresidente, Julio Cobos, y del gobernador, Miguel Saiz, que ayer partió hacia Estados Unidos.
La alegría se extendió más allá de los límites de Bariloche porque el oficialismo rionegrino consiguió un poco de oxígeno dentro del escenario provincial, recuperando el poder en la ciudad más grande de la provincia. Cabe recordar que de las cuatro más importantes, hasta el momento sólo gobernaba Viedma. De todas maneras, Cascón aclaró que la victoria fue de "los barilochenses" cuando le preguntaron si era un triunfo del gobierno provincial.
Barriga reconoció la derrota a las 20.20, desde la sede partidaria de la calle Onelli. Con signos de consternación, agradeció a todos los partidos y agrupaciones que apoyaron su candidatura, prometiendo ratificar su compromiso con la ciudad desde la banca que ocupará en el Concejo cuando deje la Intendencia interina. "Creo que a Bariloche le he dejado más de lo que le pueden dar los que están ganando", sostuvo.
A su lado estuvieron el secretario general del sindicato de Gastronómicos, Ovidio Zúñiga, y el secretario de Gobierno, Adolfo Fourés, quien lejos de la amargura de muchos se mostró sonriente e incluso cantó a viva voz una canción que sonaba por los autoparlantes. Cuando se puso serio, el funcionario hizo declaraciones temerarias, afirmando que "vamos a gobernar esta ciudad desde el Concejo municipal" (ver página 8).
El nuevo intendente deberá completar el mandato que dejó Alberto Icare, quien se impuso en las elecciones del año pasado pero renunció por su estado de salud. El ex jefe comunal había asumido en 2002, tras la renuncia del radical Atilio Feudal.
Sobre el traspaso del mando, Barriga había declarado durante la mañana que en su opinión "no debería ser más allá del primero de junio". Cascón fue coincidente luego, cuando habló de dos semanas después de la votación.