CIPOLLETTI (AC).- Fue un relato prolongado. El médico Joaquín Víctor Andrade, uno de los imputados que declararon en la primera audiencia, explicó todos sus movimientos tanto en quirófano -cuando ingresó ante la descompensación de Facundo Pablo- como luego en el servicio de terapia intensiva.

En su defensa, planteó una situación que la acusación podría utilizar en contra del anestesista Pablo Kirilovsky: dijo que él "desconfiaba" del respirador de anestesia. Que si bien no lo conocía (y eso lo hacía desconfiar), observó que en el circuito había "abundante líquido" que hacía como una 'u'. Sostuvo que el respirador movilizaba "escasamente" estos líquidos y por eso decidió realizarle respiración manual al paciente.

Pero Kirilovsky luego expresó que si bien "pudo haber habido acumulación de líquido, el respirador anestésico funcionaba bien".

Andrade declaró que se retiró del servicio de terapia a las 14, horario en el que ingresó Fernández Santivañez, otro de los imputados. Dijo que antes de irse insistió para que le practicaran un ecocardiograma al joven, hecho que no se concretó en ese momento. La demora en la realización de este estudio es uno de los reproches que le hacen.

El terapista dijo que entre las 16.45 y las 17 se encontró con los padres de Facundo y que las novedades que tenía entonces -si bien se retiró del servicio a las 14- era que el paciente "había evolucionado en forma satisfactoria". Regresó recién al día siguiente al sanatorio y se enteró del deceso.