La tensa relación entre la Iglesia y el Poder Ejecutivo y la conflictiva situación que atraviesa la provincia de Santa Cruz sumaron ayer un nuevo capítulo.
El round inicial se dio a comienzos del 2006, con el crimen del policía de Las Heras, Jorge Sayago, quien fue salvajemente asesinado en medio de una protesta de petroleros que reclamaban la elevación del piso de Ganancias. La justicia sigue sin hallar a los asesinos.
Fue en ese marco -que incluyó la renuncia del gobernador de Santa Cruz Sergio Acevedo- cuando desde la Iglesia se lanzó la primer advertencia por el manejo del poder al estilo K. El cura párroco de Las Heras, Luis Bicego, dijo que Acevedo fue "obligado" a renunciar por el presidente Kirchner y que con su desplazamiento se produjo "un golpe institucional" en la provincia.
Añadió que las detenciones que se sucedieron al crimen de Sayago "fue una caza como en la época de la dictadura".
Ayer retomó esa senda el obispo de Río Gallegos. Y no es la primera vez que monseñor Romanín cuestiona a la administración nacional.
El prelado participó de la primera marcha masiva de docentes a la Casa de Gobierno provincial, y en un duro discurso acusó al Gobierno de tomar medidas extorsivas.
El contraataque de Kirchner no tardó en llegar. Aunque sin nombrarlo, le respondió durante un acto en la Casa Rosada en la que criticó a "algunos que no tienen memoria" en alusión al apoyo que el Presidente dio al obispo cuando fue nombrado al frente de la diócesis de Río Gallegos el año pasado.
En este contexto, Romanín criticó con dureza el tratamiento del conflicto docente en su provincia, en la que los maestros están de paro hace casi un mes porque no logran acordar una mejora en sus salarios. (Redacción Central)