WASHINGTON (AFP) - El Congreso y la Casa Blanca retomaron ayer las negociaciones con miras a desbloquear los fondos indispensables para los militares desplegados en Irak, una tarea complicada por el enfrentamiento sobre la oportunidad de poner fin a la guerra.
A primera vista, es una misión imposible, sobre todo por el muy breve plazo (dos semanas) que se fijó el estado mayor demócrata de la Cámara de Representantes para desbloquear los 100.000 millones de dólares reclamado por el Pentágono para 2007.
El presidente republicano George W. Bush se niega de plano a pensar en la posibilidad de que Estados Unidos arroje la toalla en Irak, tras más de cuatro años de conflicto. Tras el veto presidencial a un cronograma de retiro, el secretario general de la Casa Blanca, Josh Bolten, concurrió al Senado para conversar con los líderes demócratas y republicanos.