El ataque en la Universidad Virginia Tech desató reacciones de indignación y relanzó en Estados Unidos un debate sobre el control de armas y la seguridad de los establecimientos escolares. "Falta establecer las motivaciones del atacante y cómo pudo armarse. Sin embargo, sabemos qué tan fácil es en este país que un individuo obtenga armas potentes", dijo Paul Helmke, presidente de la "Campaña Brady para la prevención de la violencia con armas de fuego", un grupo activista independiente. La ley de Virginia permite la venta de armas de fuego, incluidas las de asalto a los residentes menores de 18 años que no tengan antecedentes policiales, asegura la organización en su sitio de internet. "Hace ocho años, los jóvenes de Littleton, Colorado, padecían un ataque terrible en el liceo de Columbine, y hace unos seis meses, cinco jóvenes fueron asesinados en una escuela amish en Pensilvania. Desde entonces, no hemos hecho nada como país para ponerle fin a la violencia con armas en nuestras escuelas", denunció.
"Es tiempo de actuar de manera sensata para impedir que estas tragedias sigan teniendo lugar", añadió Helmke. "El mercado negro de armas en este país está alimentado por vacíos legales que permiten que los delincuentes, los menores y otros compradores obtengan armas", destacó Ladd Everitt, de la organización "Basta de Violencia con Armas" (Stop Gun Violence). "Seguimos perdiendo más de 30.000 personas por año debido a la violencia con armas", añadió. Según la página web de la Campaña Brady, el Estado de Virginia no exige a sus habitantes permiso para compra y posesión de armas, y sin esa licencia se puede adquirir un revólver por mes. (AFP)