NEUQUEN (AN).- Varios negocios perjudicados, el aire viciado y un tránsito complicado fueron el resultado inmediato y palpable del incendio ocurrido ayer en Neuquén.
El panorama de la mañana presentó, en la escenografía del centro de la ciudad, distintos matices. El humo y el evidente incremento de la temperatura al acercarse al lugar, no pasaron desapercibidos para ninguna de las personas que, por trabajo o realizando las últimas compras para las Fiestas, se encontraban con el incendio del edificio de la Asociación Española.
La contracara comercial fue la más clara; mientras que muchos comerciantes mantuvieron abiertas sus puertas y continuaron con las ventas, otros ni siquiera pudieron acercarse a los locales. Los de mayores pérdidas fueron Todomúsica y la juguetería Flipper, que tenían una importante cantidad de mercadería en el subsuelo ardiente. También los negocios de ropa más cercanos a las columnas de humo se vieron perjudicados, y en algunos casos, ni siquiera abrieron las puertas.
La reacción de la gente estuvo marcada por el asombro. Quienes pasaban por el lugar parecían no comprender los alcances del incendio. Para algunos, el fuego fue una preocupación que los llevó a sentarse frente a los cordones policiales y, simplemente, mirar durante horas. Para otros, la excitación de presenciar la violencia y la voracidad de un incendio sin llamas a la vista. Para unos pocos, la indiferencia de pasar frente al lugar sin inmutarse. Para todos, la dificultad para comprender que un incendio se
El cielo gris, policías en las calles y un tránsito complicado, más debido a la curiosidad de los conductores que a los inconvenientes del corte de un par de calles, marcaron una mañana de incertidumbre y aire caliente. Por un lado, personas cubriéndose la boca para no respirar las toxinas del aire. Por el otro, el panorama habitual del centro neuquino, con gente urgida por el trabajo y el ritmo de lo diario. En medio, un edificio maltrecho que, por su impronta, es una referencia en la distribución urbana de la ciudad.