Miércoles 30 de julio de 2003

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CRIMEN DEL BEBE

Testigo clave fue comprometido por testimonios y se contradijo

El ex diputado Sánchez Diego trastabilló en su declaración.

Primera audiencia del caso que sacudió a Huincul y Cutral Co.

CUTRAL CO (ACC-enviado especial).- El juicio por el crimen del bebé -salvajemente asesinado hace un año apenas vio la luz- dejó en el centro de la escena al ex diputado Roberto Sánchez Diego, quien trastabilló en su declaración y fue comprometido por tres testigos. El médico -que al momento del crimen era jefe de la V Zona Sanitaria- se contradijo ayer ante los jueces de la Cámara Multifueros de Zapala (mudada a esta ciudad) y fue muy poco convincente al volver sobre sus pasos. Tres testigos aseguran que el domingo 11 de agosto del año pasado, Sánchez Diego dijo haber confundido la pierna de un bebé muerto con la patita de un muñeco, algo que ayer desmintió a medias. Aseguró haberse percatado del embarazo de su compañera y amiga, y cuando la vio luego del violento parto no percató del nacimiento del bebé que tenía nueve meses de gestación.

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El médico Sánchez Diego se contradijo ayer ante los jueces de la Cámara Multifueros de Zapala y fue muy poco convincente.

Para completar, tampoco pudo explicar por qué no verificó si la criatura estaba viva cuando la encontró dentro de una bañera, envuelta en una bolsa y con el entorno salpicado con sangre.

-¿Intentó reanimarla, ver si podía hacer algo para salvar la vida antes de cerrar la bolsa? -le preguntó el vocal Víctor Hugo Martínez

-No, no, no, fue un momento muy shockeante, respondió el profesional.

Los tres testigos que hablaron de la patita que el médico creyó que era un muñeco fueron los doctores Elisa Velazco, Guillermo Bono y Néstor Ormaechea. Dos de ellos lo escucharon de la boca del testigo el día del crimen. Sin embargo, hubo otro profesional, el ginecólogo Oscar Pfaff, quien en sus anteriores declaraciones había hablado de la patita pero que ayer -llamativamente- no recordaba haberlo mencionado. "No me habló de la patita, no recuerdo", le contestó al fiscal Héctor Trova cuando éste le marcó la contradicción.

El crimen cometido en una casa del barrio 25 de mayo de Plaza Huincul fue ventilado ayer en la primera parte del debate, que se realiza en el salón de la cooperativa Copelco. En la audiencia quedó claro que la madre del recién nacido, Marcela Inda Ruíz, camina hacia una segura condena. Se negó a declarar apenas se sentó frente al tribunal que integra Martínez, preside Oscar Rodeiro y completa el vocal Enrique Modina. La estrategia del defensor oficial, Miguel Valero, se ha limitado a destacar su correcto rol de madre y de hija.

La mujer, de 31 años, vivía con su madre, Josefa Ruíz, y su hija Daiana frente a la casa de Sánchez Diego. Eran dos familias amigas y el médico era su jefe en la Zona Sanitaria, donde ella se era administradora, luego de ingresar a través de un plan laboral. Fue el ex diputado quien la designó en el cargo, el segundo en importancia en el organismo.

El día del crimen, Inda Ruíz, que había ocultado su embarazo dijo que estar descompuesta durante el almuerzo y poco después fue al baño, alrededor de las 12. Minutos más tarde, su mamá Josefa -que es viuda- llamó a la casa de los Sánchez Diego y habló de una descompostura. Hasta la casa fue la esposa del médico, Adriana Cornet, y asistió a la mujer que le dijo que había tenido un parto prematuro, de algo así como dos meses de gestación. Cornet dice que casi no vio sangre, en contra de lo que afirma el comisario Luis Riffo durante la inspección ocular. Explicó que enseguida llamó a su marido que dormía la siesta y que éste desde la puerta de la habitación dijo que era necesario ir al hospital. Adriana Cornet se encargó de explicar que Sánchez Diego no entró a la habitación donde estaba Inda Ruíz, no atinó a revisarla y tampoco se arrimó baño en cuya bañera estaba el cadáver.

El médico lo ratificó ayer en primera instancia, pero luego, en un lapsus, dijo que se confundió y que creyó ver la patita de un muñeco. Muy nervioso intentó aclararlo y hasta llegó a decir que no quiso decir lo que terminaba de decir, tal como lo remarcó el juez Rodeiro. Sánchez Diego dice que sin mirar ni ver nada raro llamó al hospital de Plaza Huincul y pidió una ambulancia, pero curiosamente le ordenó marchar al nosocomio de Cutral Co, es decir la ciudad vecina. Y en el medio pidió que la ambulancia fuera a una clínica privada donde Inda Ruíz fue atendida por Pfaff.

El director del hospital de Cutral Co, Néstor Ormaechea, sostuvo que entre las dos y las dos y media Sánchez Diego lo llamó para decirle que Marcela había sufrido un aborto y que la trasladaría hasta la guardia. "Le dije que más que aborto espontáneo era un parto prematuro y medio que no le gustó". Recién después de las cinco de la tarde, la parturienta llegó al hospital derivada desde la clínica. Antes, Sánchez Diego había llevado la bolsa con el cadáver del bebé, que pesó 4 kilos, vivió unos 20 minutos, sobrevivió a una soberana paliza y murió asfixiado.

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