Lunes 24 de diciembre de 2001

MAS INFORMACION:

Escenario económico, sin devaluación y estímulos para la reactivación.

Un gabinete austero.

Varias candidaturas en el PJ para las presidenciales de marzo. Se elige con la Ley de Lemas.

Bush abogó por mantener "excelentes relaciones". Apoyo de Italia y España.

Sobisch no sabe cuántos fondos recibirá Neuquén.

Cavallo sigue en la región y llegó De Santibañes.

 

Rodríguez Saá suspendió el pago de la deuda en su primer anuncio como presidente

  Destinará esos fondos para crear fuentes de empleo. Aclaró que no hay un portazo a los
acreedores. Asumió en un acto de fuerte tono populista.
  El nuevo presidente argentino, el peronista Adolfo Rodríguez Saá, anunció ayer como primera medida de su gobierno que suspenderá el pago de la deuda y destinará esos fondos "para planes de creación de un millón de puestos de trabajo y progreso social", al tiempo que impulsará la creación de una nueva moneda para intentar resucitar una economía quebrada.
Con un estilo de conducción personalista y en un acto de jura al que tiñó de fuertes gestos populistas, el nuevo jefe de Estado arremetió con la frase "vamos a tomar el toro por las astas. Anunció que el Estado argentino suspenderá el pago de la deuda externa".
La decisión marca un giro dramático en la estrategia económica argentina en más de una década, que reposó sobre la puntillosa cancelación de los servicios de la deuda y el mantenimiento contra viento y marea de su régimen de cambio fijo, que mantiene el peso a la par con el dólar desde 1991.
El PJ, no sólo impuso la figura de Rodríguez Saá a la presidencia, sino que también logró colar elecciones para el próximo 3 de marzo bajo la polémica modalidad de ley de lemas, actualmente no contemplada por la Constitución Nacional.
Rodríguez Saá juró a las 9,29 ante la Asamblea Legislativa y luego se trasladó a la Casa de Gobierno, donde fue impuesto de los atributos presidenciales por el saliente mandatario interino y titular de la Cámara de Senadores, Ramón Puerta.
En su discurso ante la Asamblea, Rodríguez Saá desgranó una batería de lineamientos tendientes a conjurar la crisis, aún a pesar del carácter temporario de su mandato.
"El gobierno argentino suspenderá el pago de la deuda externa argentina. Esto no significa el repudio de la deuda externa. Esto no significa una actitud fundamentalista, muy por el contrario, se trata del primer acto de gobierno, que tiene carácter racional para darle al tema de la deuda externa el tratamiento correcto", dijo el presidente.
La decisión de suspender el pago de la deuda que implicará, empero, un "diálogo adecuado" con los acreedores internacionales, recibió el apoyo generalizado de la Asamblea que, en diversos tramos de su mensaje, lo interrumpió con aplausos.
Desde los Estados Unidos, tanto el Fondo Monetario Internacional como los departamentos del Tesoro y Estado, no quisieron comentar ayer la decisión del nuevo gobierno.
Quien sí se mostró feliz fue el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. A través de una carta, felicitó a Rodríguez Saá y abogó porque "sigan siendo excelentes" las relaciones bilaterales.
Tras entregar la misiva de Bush al nuevo presidente argentino, el embajador norteamericano, James Walsh, informó en Casa de Gobierno, que "la carta es para desearle al flamante jefe de Estado de la Argentina todo el éxito del mundo en su gestión".Sin embargo, en una señal hacia los organismos de crédito, Rodríguez Saá aclaró que pese a la determinación de no pagar, la Argentina "no repudia su deuda" y anunció que el tratamiento del pasivo nacional en el exterior volverá a ser un tema de exclusivo resorte del Parlamento, como lo establece la Constitución.
Rodríguez Saá fue ungido presidente por la Asamblea luego de una maratónica sesión que se extendió durante toda la madrugada y, a las 8,45, derivó en la votación que favoreció al peronismo por 169 a 138.
El plazo máximo para la entrega del poder será el 5 de abril próximo, ya que se contempla la alternativa de ballottage, previsto inicialmente para el 31 de marzo.
Quien gane los comicios del 3 de marzo estará en la Casa Rosada hasta el 10 de diciembre de 2003 para completar el mandato trunco de De la Rúa.
Tras el acto en el Congreso, Rodríguez Saá se trasladó hasta Casa de Gobierno, donde tomó juramento a los integrantes de su nuevo gabinete.

Análisis: ¿Y cómo hará todo lo que prometió?

El nuevo presidente dijo lo que quería escuchar la mayoría de los argentinos.
No explicó, en cambio, cómo lo hará, ni las consecuencias a futuro para el país.
Con un discurso inusual para cien días de gobierno, Adolfo Rodríguez Saá plantó oficialmente el mojón que, lentamente, había comenzado a moldear la administración De la Rúa: el "default".
No quedan dudas de que el país comenzó a transitar ayer por un camino diferente.
No sólo porque el peronismo ha declarado la cesación de pagos -con sus múltiples secuelas hacia adentro y hacia afuera-, sino también porque las "promesas" indican que esa determinación se toma para "favorecer" a los argentinos, sobre todo, a los más necesitados.
Rodríguez Saá dijo oficialmente lo que nadie se atrevía a afirmar en la Nación durante la administración De la Rúa, pero también, sabedor de los riesgos, mandó una señal clara a los organismos internacionales: "Vamos a dialogar con ellos".
Es obvio que, sin una fuerte malla de contención a la declaración de "default", el país podría quedar no sólo un poco más aislado del mundo de lo que hoy está, sino directamente "condenado" a nivel global.
Sólo una duda acosa a algunos dirigentes de fuste del PJ y está vinculada con las posible vocación de Rodríguez Saá de permanecer en el gobierno más allá de los límites marcados, si le va bien en sus dos meses y medio de gobierno.
En su mensaje a la Asamblea, el mandatario se mostró generoso con las ONG, sectores productivos, la sociedad civil, la Iglesia, los sindicatos, las municipalidades y las provincias con el fin de "unir esfuerzos" para "evitar la corruptela".
Habrá que ver si la intención del nuevo presidente cristaliza en una suerte de mini-concertación o si queda en el cuadro de los anuncios. De cualquier modo, sus propuestas suenan a mucho para un presidente que durará poco tiempo. En 100 días, no sólo deberá dar una rapidísima respuesta en lo social, sino que, además, deberá aprender cómo es esto de ser presidente. Una tarea que no parece menor ya estará signada por una fuerte lucha de espacios de poder, en el marco de una durísima campaña electoral.
La convocatoria a elecciones abrirá una interna salvaje en el PJ que, cobijado por la ley de Lemas, presentará una grilla amplia de candidatos. Carlos Menem, Carlos Reutemann, José De la Sota, Carlos Ruckauf, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Ramón Puerta y hasta el propio Rodríguez Saá quieren tallar en esta tarea.
De todos ellos, Ruckauf es el único que, en el 2003 no tendría derecho a la reelección. Su paso por el gobierno como vice de Menem y el eventual cumplimiento de dos años de mandato, en caso de ser electo en marzo, lo inhibirían de ir por más en el 2003, ya que la Constitución obliga a un recreo político a quienes han sido presidentes o vices en dos períodos consecutivos.
De cualquier manera, peronistas, radicales, los del Frepaso y el ARI, socialistas y políticos en general, deberán pensar mucho y bien, antes que dar cualquier paso.
Quien minimice el contenido profundo de las espontáneas manifestaciones del miércoles 19 que terminaron por llevarse la cabeza de De la Rúa será víctima inevitable de su falta de capacidad para analizar la realidad.

(DYN, Darío Del Arco)

Tronó "la marcha"

La marcha peronista, que llama desde sus estrofas a "combatir el capital", fue entonada con fuerza en la ceremonia en la que el flamante mandatario, Adolfo Rodríguez Saá, recibió sus atributos presidenciales.
La famosa "marcha" había caído en desuso durante la década "menemista" del presidente Menem, que cambió radicalmente el discurso del PJ y abrevó a ultranza en una política neoliberal. Incluso, llegó a sugerir que debía cambiarse la letra de la canción partidaria para "adaptarse" a los cambios de un mundo globalizado. Pero ayer, la marcha volvió a tronar en el Congreso.
Al mismo tiempo de las entonaciones con voz a cuello, los radicales salieron rápidamente del recinto y en abrumadora mayoría desaparecieron sin hacer declaraciones ni emitir opinión. Por las dudas, muchos de ellos desconectaron sus celulares, para evitar a periodistas inoportunos.

Foto: Los presidenciales que se "guardaron" para marzo hacen cola para felicitar al nuevo interino del PJ en la Rosada.

     
     
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