Hubo 23 muertos y la Justicia indagaba a Mestre y Mathov

Al menos 23 personas murieron en distintos puntos del país, entre ellos cuatro menores de edad, desde que comenzó el estallido social que terminó con la administración de Fernando de la Rúa. Aunque los incidentes que adquirieron mayor repercusión fueron los registrados en la Plaza de Mayo -donde hubo cinco muertos-, las principales ciudades del país registraron todo tipo de desmanes.
La jueza María Servini de Cubría indagaba anoche al secretario de Seguridad, Enrique Ma-thov, al ahora ex ministro del Interior Ramón Mestre y al jefe de la Policía Federal, comisario Rubén Santos, como responsables de los asesinatos ocurridos en la capital.
Mestre y Mathov, fueron acusados como presuntos responsables de los homicidios cometidos en los operativos con- tra manifestantes, que se sucedieron durante toda la jornada pese a que la Justicia había ordenado el inmediato cese de "la represión indiscriminada".
La jueza Servini de Cubría se disponía también a librar una orden que prohibirá la salida del país de De la Rúa y Mestre. Por la tarde la jueza remitió un fax a De la Rúa, para advertirle que "se encuentra en trámite un proceso criminal relativo a los acontecimientos de estado público que se están desarrollando en la Plaza de Mayo y Casa de Gobierno".

Víctimas fatales

14 de los 16 muertos registrados ayer confirmados por distintas fuentes fueron víctimas de balazos, que en casi todos los casos se asignan a personas que defendían los locales atacados; otro fallecido fue adjudicado a un crimen cometido con un cuchillo y el restante fue un manifestante atropellado por un tren.
El conurbano bonaerense fue el sitio donde se registró el mayor número de víctimas fatales. En distintos puntos del Gran Buenos Aires hubo diez muertos, algunos de ellos menores de edad. En la provincia de Santa Fe hubo cinco muertos, cuatro de ellos en Rosario, mientras que se registró uno en Cipolletti, otro en Corrientes y el restante en Entre Ríos, donde la víctima fatal fue una adolescente de 15 años.
Cinco personas fueron asesinadas en medio de los serios incidentes que se produjeron en el centro porteño, al tiempo que otras 200 personas resultaron con heridas de distinta gravedad por la violenta represión de efectivos de la Policía Federal.
La imagen recurrente que se vio en Plaza de Mayo, frente al Congreso, alrededor del Obelisco y otras zonas cercanas de la capital federal fue la de choques entre la Policía Federal y los manifestantes que salieron a desafiar el estado de sitio.
La protesta se fue trasladando por distintas partes del centro porteño, a medida que la represión policial obligaba a los manifestantes a replegarse, por calles llenas del humo de los gases lacrimógenos.
Numerosos edificios, desde entes oficiales hasta empresas multinacionales, fueron blanco de piedrazos y también hubo algunos incendios: el principal fue en Rentas bonaerense, en Diagonal Norte y Perón.
Cuatro camionetas de la empresa postal OCA fueron incendiadas, saqueados una hamburguesería de McDonald"s, un videoclub Blockbuster"s, las piedras destrozaron el frente del Banco Comafi en Diagonal Norte y Maipú, la AFJP Futura en 9 de Julio e Yrigoyen, y varios otros edificios, sobre todo los oficiales.
Cerca de las 18, un hombre que vestía una remera blanca y zapatillas, pero estaba desnudo de la cintura para abajo, entró a la Plaza de Mayo a protestar e intentó llegar al frente de la Casa Rosada, pero fue detenido: "Quieren llamarme loco, llámenme loco", decía.
Al ser reconocido, el ex secretario de Estado menemista Moisés Ikonicoff fue echado de la Plaza histórica por los manifestantes, que lo corrieron con insultos y escupitajos, hasta que se refugió en una ambulancia.
(Infosic/DyN/AR)

Tiros y sangre

Buenos Aires (ABA).- Un periodista de "Río Negro" quedó envuelto anoche en medio de una refriega de la que participaron unos 20 jóvenes munidos con piedras y efectivos policiales que reaccionaron con itakazos e hirieron gravemente a uno de ellos. El incidente ocurrió poco después de las 19 en Sarmiento y 9 de Julio.
Gonzalo Alvarez Guerrero viajaba en un radiotaxi, cuando la ventanilla de su auto fue destrozada por un elemento contundente. Un grupo de muchachos arrojaba piedras hacia su vehículo, que iba apareado con otro de color blanco con sirena en el que se desplazaban uniformados.
De inmediato, se escucharon detonaciones de armas de fuego y el periodista y el conductor del taxi debieron arrojarse al piso para resguardar sus vidas. Uno de los jóvenes se desplomó en medio de un reguero de sangre. El periodista y el chofer alcanzaron a subir de nuevo al auto con el que retrocedieron marcha atrás más de cien metros a toda velocidad y luego escaparon por una calle a contramano.

Foto: En las escalinatas del Congreso un hombre es atendido tras recibir un balazo. Poco después falleció.