Jueves 15 de noviembre de 2001

MAS INFORMACION

El fin del régimen talibán lleva esperanza a las mujeres afganas

Análisis: Un mosaico étnico explosivo

Ver infograma

Para EE. UU., la ofensiva está lejos de terminar

Duras críticas a las cortes militares

 

Incierto futuro político de Afganistán tras avance opositor

 

El sur de Afganistán también se rebeló contra el Talibán , que veía peligrar también su último bastión, Kandahar. Tropas dirigidas por jefes tribales de la etnia Pashtún y fieles al ex rey afgano en el exilio ingresaron ayer en escena en el conflicto, obligando al talibán a refugiarse en la zona montañosa.

  Las fuerzas del régimen talibán afgano perdieron ayer más terreno, hasta verse confinadas en su precario feudo de Kandahar (sur), pero el futuro político del país sigue siendo incierto.
Incluso en Kandahar la situación no parece muy clara, pues el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, aseguraba que había luchas intensas en el área, pero la CNN emitió imágenes que mostraban una ciudad en calma.
El régimen talibán ingresó en su peor debacle desde su llegada al poder en 1996 y en sólo 96 horas perdió las ciudades de Mazar i Sharif, Kabul, regiones de Jalalabad y el aeropuerto de Kandahar.
Mientras, crece la confusión política sobre quién gobierna en el país La Alianza del Norte, ya instalada en Kabul, anunció que en dos años convocará a elecciones.
Jalalabad, al este de Kabul, muy cerca de la frontera con Pakistán, también cayó en manos de fuerzas opositoras, pero en este caso no de la Alianza del Norte, sino de dos grupos de pashtunes (etnia mayoritaria en el sur de Afganistán y a la que pertenecen los talibanes) encabezados por el comandante Yunus Jalis.
La caída de Jalalabad fue reconocida por la Afghan Islamic Press (AIP), próxima a los talibanes, que aseguró que la ciudad fue objetivo de intensos bombardeos de los aviones estadounidenses .
Jalalabad era, según Estados Unidos, uno de los lugares donde se concentraban los campos de entrenamiento de la red terrorista Al Qaeda, encabezada por el terrorista saudí Osama Ben Laden, al que los EEUU atribuyen los atentados contra Nueva York y Washington del pasado 11 de septiembre.Pero la retirada de los Talibán, no obstante, no ayudó hasta ahora a detener a Ben Laden.
Otros grupos opositores cuya afiliación política no está clara, han arrebatado a los talibanes las provincias orientales de Jost, Kunar, Nangarhar y Logar, que según fuentes de la Alianza están bajo control de jeques locales, generalmente pashtunes.
Por el contrario, las tropas talibanes parecen resistir las violentas acometidas de la Alianza en la provincia de Kunduz, en las ciudades de Jananabad y en la capital provincial, del mismo nombre, última ciudad de importancia que conservan en el norte del país.El régimen talibán no presentó prácticamente batalla en las ciudades para "ahorrar sufrimientos a los civiles", pero asegura que piensa resistir desde las montañas.
El presidente afgano de la Alianza, Burhanudín Rabani, reconocido como tal por la ONU y la mayoría de países del mundo, se trasladó ayer a Kabul para declararla "ciudad libre". Con esta política de hechos consumados, Rabani parece contradecir las recomendaciones de los pashtunes antitalibanes, de países vecinos como Pakistán o de la propia ONU para formar un gobierno de amplia base que aglutine a todas las etnias afganas.
No hay que olvidar que la Alianza está formada por etnias minoritarias del norte afgano que a principios de los 90 lucharon encarnizadamente entre sí por el control del país y que no han contado con las simpatías de los pashtunes, que suponen el 40% de Afganistán. (ver infografía)
Jeques tribales pashtunes y antiguos muyahidines antisoviéticos de la misma etnia se reunieron en la ciudad paquistaní de Quetta con el representante afgano en Islamabad, único embajador talibán en todo el mundo, aparentemente para buscar una fórmula política de consenso que saque al país del atolladero.
El antiguo rey afgano Zahir Shah, con quien ayer se reunió el enviado especial de EEUU James Dobbins, ha sido señalado como un posible hombre de consenso, pero el presidente Rabani lo descartó ayer al afirmar que "puede volver a Afganistán como un ciudadano ordinario".
Entretanto, el representante especial de la ONU para Afganistán, Lajdar Brahimi prometió que propiciará "tan pronto como sea posible" una especie de conferencia o reunión entre la Alianza y otras fuerzas de oposición respaldadas por Pakistán (que no quiere excluir del futuro a los talibanes) o Irán (como los minoritarios chiíes afganos).
Pero mientras se llena el vacío político y todavía se ve lejana la llegada de una fuerza multinacional, Kabul ya está siendo patrullada por policías y soldados de la Alianza. (EFE/ANSA)

Foto: Los combatientes de la Alianza del Norte y de otras etnias afganas avanzan sobre posiciones del Talibán.

     
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación