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El Talibán arma a la población para resistir un ataque terrestre

El régimen afgano distribuyó lanzacohetes y ametralladoras.Siguen los bombardeos y se multiplica el número de víctimas.Ahorcaron a cinco talibanes que colaboraron con tropas de EE. UU.

ISLAMABAD y Washington.- El régimen Talibán de Afganistán ordenó ayer movilizar y armar a toda la población afgana para repeler cualquier nueva operación terrestre de Estados Unidos, que prosiguió sus ataques aéreos por decimoquinto día consecutivo con varias víctimas civiles, según fuentes afganas.
Los talibanes acordaron ayer distribuir lanzacohetes, ametralladoras pesadas y baterías antiaéreas, dijo el ministro de Educación afgano, Amir Jan Mutaqui, quien aseguró que disponen de cantidades suficientes de estas armas para atender las necesidades de todo el país, indicó la agencia AIP, cercana a los Talibán.
Por su parte los bombardeos estadounidenses, que entraron ayer en su tercera semana consecutiva, se dirigieron contra varias ciudades afganas y las posiciones de los milicianos talibanes que se enfrentan a la opositora Alianza del Norte, tanto en las cercanías de Kabul como en el norte del país.
El régimen Talibán indicó que al menos 20 civiles murieron en las incursiones aéreas de Estados Unidos, que ayer reconoció oficialmente haber lanzado ataques terrestres contra posiciones de los talibanes en suelo afgano.
En la zona de Jalalabad, en el este del país, también se registraron víctimas civiles, en tanto que entre 50 y 60 personas murieron en los bombardeos a la ciudad de Herat, en el oeste del país, durante los últimos tres días, según los talibanes.
Entre las víctimas registradas desde el inicio de los bombardeos, el 7 de octubre pasado, figura un hijo del líder del régimen talibán, el mullah Mohammad Omar, según la cadena de radio y televisión británica BBC.
El niño, de 10 años, falleció a consecuencia de las heridas que sufrió durante un ataque aéreo estadounidense.
Estados Unidos utilizó ayer helicópteros en sus ataques contra la capital afgana, informaron los talibanes, que aseguraron que sus defensas lograron evitar el desembarco de comandos especiales.
El régimen de Kabul aseguró también haber derribado otro helicóptero militar estadounidense y matado a “entre 20 y 25 de sus ocupantes”, según el canal de televisión qatarí Al Yazira.
Sin embargo, el jefe del Estado Mayor norteamericano, Richard Myers, desmintió que se hubieran registrado más bajas en sus tropas, al afirmar que “eso es sólo el deseo de buenas noticias que tienen los talibanes, pero no ocurrió”.
La campaña militar en Afganistán debería concluir antes del invierno (boreal) -en diciembre-, consideró por su parte el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, quien no descartó que se lleven a cabo operaciones durante el Ramadán, el mes sagrado musulmán (que se inicia a fines de noviembre).
Por otro lado, y pese al apoyo de las fuerzas aéreas de Estados Unidos, la opositora Alianza del Norte no consiguió avanzar en la zona de Mazar i Sharif, donde los talibanes ahorcaron públicamente el sábado a cinco de sus miembros, incluidos dos comandantes, que colaboraron con las tropas de EE.UU..
Además de los bombardeos, oficiales estadounidenses colaboran en la coordinación de las operaciones contra Mazar con el comandante de una de las facciones de la Alianza, el general de etnia uzbeca Abdul Rashid Dostumm, se informó.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunirá con su par de Tayakistán, Emomali Rajmonov y el presidente depuesto afgano, Burhanuddín Rabbaní, para abordar “la cuestión de un gobierno de coalición tras los Talibán”, anunció el ministro ruso de Defensa, Serguei Ivanov.
Putin viajo a Dushambé procedente de Shangai, donde ofreció al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el apoyo de Rusia a sus acciones militares en Afganistán, pero no sobre la modificación del tratado ABM para hacer frente a eventuales amenazas de misiles balísticos en manos de terroristas.
Finalmente, la situación de los refugiados que intentan huir de Afganistán se transformó ayer en dramática, tras la decisión de las fuerzas de seguridad de Pakistán de impedir su ingreso al territorio paquistaní.
Los miembros de la fuerza paramilitar que custodia la frontera cerraron el paso de Chaman sin previo aviso y un día después de permitir la entrada en Pakistán a unos 5.000 afganos, una pequeña fracción en comparación con la cifra de refugiados que aguardan los organismos internacionales y Pakistán, se informó.

Murió el hijo del mullah Omar

Londres.- El hijo del líder del régimen talibán, el mullah Mohamed Omar, murió por las heridas que sufrió durante un ataque aéreo estadounidense, según informó ayer la cadena de radio y TV BBC.
El niño, de 10 años de edad, murió en un hospital poco después de resultar herido durante la primera noche de ataques estadounidenses sobre la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán, según esta versión.
La emisora británica cita como fuente a un médico que trató al niño cuando estaba en el hospital, y que ahora intenta huir de Afganistán y cruzar la frontera hacia Pakistán.
El hijo de Omar resultó herido en el fémur y sufría serias lesiones internas en el abdomen, siempre según la mencionada fuente.
Por otra parte, cinco combatientes de los talibán, acusados de ser espías de las tropas de Estados Unidos, fueron procesados con los rápidos métodos característicos de la milicia y colgados ayer de una grúa en la ciudad de Mazar-i-Sharif, al norte de Afganistán.
Un vocero de la milicia informó en Kabul que “dos comandantes llamados Saboor y Yosuf y tres de sus hombres” que habían traicionado a los talibán brindando información clave, fueron ajusticiados.
Se trata de los primeros espías que se conocen desde que comenzaron los ataques anglo-estadounidense sobre Afganistán, hace dos semanas.
Una cadena de televisión internacional mostró ayer a los hombres de la Alianza del Norte (opositora al régimen talibán) mientras atacaban a caballo los puestos de defensa de los talibán.
La guerra civil afgana, que se convirtió en parte de la guerra internacional contra el terrorismo, se combate no sólo con armas sofisticadas y de última generación, sino también a caballo y a golpe de cuchillo. (ANSA y Télam)

La tensión se potencia por el cierre de fronteras

Islamabad.- La tensión en la frontera afgano-paquistaní se disparó ayer cuando la fuerzas de seguridad paquistaníes impidieron el paso a varios miles de personas, que, exhaustas y hambrientas, huían de los bombardeos contra Afganistán.
Mujeres cubiertas de la cabeza a los pies que llevaban en brazos a niños llorando, ancianos renqueantes y jóvenes heridos vieron esfumarse sus esperanzas de cruzar el paso de Chaman, a unos cien kilómetros al norte de la ciudad paquistaní de Quetta.
Los miembros de la fuerza paramilitar que custodia la frontera cerraron el paso de Chaman sin aviso y un día después de permitir la entrada en Pakistán a unos 5.000 afganos, una pequeña fracción en comparación con la cifra de refugiados que aguardan los organismos internacionales.
Las autoridades paquistaníes calculan que entre 10.000 y 15.000 afganos, en su mayoría mujeres y niños, se han concentrado al otro lado del paso de Chaman, por el que sólo permiten cruzar a los heridos graves, a los que disponen de documentos de identidad y a los que pagan sobornos a los guardas de la frontera.
El cierre echado en el paso de Chaman enfureció a grupos de jóvenes afganos, que respondieron a la medida arrojando piedras contra los guardas provistos de largas porras, así como a los paquistaníes que querían cruzar la frontera en sentido contrario para unirse a los talibanes en la “guerra santa” contra EEUU. Aunque la frontera está oficialmente cerrada por orden del Gobierno paquistaní, muchos miles de afganos han logrado cruzarla la pasada semana, tanto por Chaman como por otros pasos.

foto: La muerte de civiles afganos -la mayoría niños indefensos- se incrementa día a día.